octubre 11, 2017

APRENDAN MUCHACHOS


 En este tiempo en que estamos,
en que tan fácil se olvida,
dejando correr la vida
sin saber ni donde vamos;
es justo nos detengamos
un instante a meditar,
y entremos a reflexionar
sobre costumbres de ayer,
hoy debemos aprender
para mañana enseñar.

Aprender muchachos de ahora
nuestras bellas tradiciones
y a nuevas generaciones
transmitirles sin demora;
lo viejo ha de ser aurora
en los días que vendrán,
auroras que inundarán
el alma del colorido
de costumbres que se han ido,
pero que muertas no están.

Para ello hay que revivir
el amor patrio primero,
inequívoco sendero
que los debe conducir;
amen, no dejen morir
lo que les dará expansiones,
amen como aman los leones
la selva en que han nacido,
¡que no sé si sus rugidos
no son amantes canciones!

Una guitarra encordada
jamás les debe faltar,
pues ella alcanza a llegar
al alma en toda jornada;
que no haya nadie ni nada
que la pueda ensombrecer,
y está en ustedes hacer
que brille y que vibre más,
porque no ha de ser la jazz
la que la haga enmudecer.

Lo nativo hay que inculcar,
tomarlo sagradamente,
con la fe con que el creyente
se acerca al pie del altar;
y hasta en el aula escolar
debía ser obligación
enseñar el pericón,
danza de música bella,
para que deje una huella
de Patria en el corazón.

Aprendan nuestras canciones
que nunca causan desdoro,
ellas son el hilo de oro
que bordan las tradiciones;
tengan algunas nociones
de la doma, esquila, yerra,
descubran lo que se encierra
en los trabajos camperos,
¡no parezcan extranjeros
estando en su propia tierra!

Por eso, aprendan siquiera
los que estén en ese ambiente,
y podrán ser exponente
de sabiduría campera;
sepan lo que es la mancera
y el timón del arado,
lo que es el pelo colorado
distingan del doradillo,
cuándo es sabino el tordillo,
qué es rabicano manchado.

En éste país que ha sido
cuna de gauchos camperos
y que en tropillas y aperos
hubo lujo desmedido;
casi ha desaparecido
lo que aquí estoy recordando,
y en los que se vienen criando
en los trabajos del suelo...
¡hay quien no conoce el pelo
del pingo que está motando!

Aprendan a conocer
campos, haciendas, cereales,
pastos y cosas rurales
que han hecho el país florecer;
¡y no olviden el deber
en que están de repudiar
al que en vez de trabajar
viene de algún suelo extraño,
como embajador del daño
a corromper y agitar!

La reacción será lograda,
pero tras lucha constante,
con el Himno por delante
que es la patria condensada;
y sin más arma ni espada
que patrióticos ideales,
soldados espirituales
sean para defender...
¡muros que quieren caer
se sostienen con puntales!
Gualberto Marquez

MI TROPILLA

En la estancia "El Ensueño"
fue su encanto y maravilla,
una mentada tropilla
que seleccionó mi empeño.
Fui yo, sin jactancia, el dueño
de esa tropilla que fuera
la mejor que conociera
el pago de mis pasiones
y había allí sin pretensiones
del pelo que usted pidiera.

Tuve un zaino y un lobuno,
un moro y un colorao,
un bayo, un blanco, un tostao,
un overo y un cebruno,
pero mejor que ninguno
aquél bagual pangaré,
que yo mesmo lo amansé
y tan bueno me salió
que el día que se murió
de pena casi lloré.

Tuve un pampa y un tordillo,
un gateao, un rabicano,
un azulejo, un ruano,
un manchao y un doradillo,
entre ellos tuve un rosillo
que rematé en el poblao,
que sin haberlo aprontao
le gané siendo contrario,
al pingo del comesario
que naides le había ganao.

Tuve un overo rosao,
un alazán, un picazo,
que pa cualquier tiro'e lazo
nada mejor he encontrao.
Un malacara bragao,
voluntarioso y seguro,
y pa salir de un apuro
huyéndole al alboroto,
tuve un overo poroto,
un tobiano y un oscuro.

Tuve un tordillo sabino
como pescao pa nadar,
baquianazo pa cruzar
arroyo con remolino.
Como luz en el camino
muchas veces lo apronté,
muchas carreras gané
y el día del baile una moza,
del pago la más hermosa
el bagual le regalé.

¡Ah!, todo ha terminao
en mi enlutada tapera,
no hay ni una garra siquiera,
bozal, riendas ni recao.
Sólo un matungo prestao
suelo andar en ocasiones,
ya ni canto en los fogones,
mis alegrías se fueron:
y mis caballos murieron
igual que mis ilusiones.


FOTO TROPILLA ESTABLECIMIENTO LA LUCILA

Si fuera compositor

Si nunca fui cuidador
no es porque me hayan faltao
recursos pa ser mentao
como soy de payador.
Si no fui compositor
de renombre en el "metier"
la experiencia me ha hecho ver
que al caballo hay que amansarlo,
y con paciencia enseñarlo
antes de echarlo a correr.

Nunca lo deje porfiar
pa'l lao que él quiera dar vuelta
tornelo de rienda suelta
pa así no hacerlo enojar.
Acostúmbrelo a mirar
de frente en el partidero,
y pa no hacerlo mañero
no lo apure si es fogoso
pa que mansito y mimoso
aprienda a ser parejero.

Y ha de darme la razón
el que continuo ha cuidao
que caballo a campo criao
no quiere mucho galpón.
Con paciencia y con tezón
echo mis observaciones,
que si un pingo en sus acciones
en partida en falso estriba,
seña es que afloja de arriba
o es duro de los garrones.

Más verde y rocío ha de dar
cuando el grano no le quiebre
pa preservarlo'e la fiebre
y no dejarlo empachar.
Contémplelo al racionar
si el maiz seco no estuviera
y por si no lo sufriera
buena es que aprenda y se acuerde
que mucha cebada verde
lo aluna y le da ventera.

Y sabe cualquier chambón
sin que nunca haiga cuidao
porque a caballo apestao
se tiene a media ración.
Pero es otra la cuestión
frente a un chapino maceta,
aunque le encebe la grieta
puede aflojar de otro lao,
de la cuerda, del candao,
del nudo o de la paleta.

Oserve pacientemente
cuando algún floreo le da
la acción y la voluntád
que le nota al día siguiente.
Si gordo y pesao lo siente,
la energía no le meye,
despacio, no lo atropelle,
al tranco y al trote alcanza
métale al agua la panza
y dejeló que resuelle.

Cuanto más corto es el trecho,
más firme será el trabajo,
que el que ligeria de abajo
viene a ganar más derecho.
Al trabajarlo en repecho
no ha de servirle pa nada,
dele temple en la pisada
que pique y corra parejo,
que el repecho no es más lejos
pero acorta la brazada.

Mucho cepillo y rasqueta
le da escosor en el cuero,
ni es pa todo parejero
el morral ni la trompeta.
Tiene más de una receta
que analizar el que cuida,
si un comilón la comida
la babosea inapetente,
suele dolerle algún diente
o dolerle alguna herida.

Cuando lo note erizao
como si tuviera frío,
olfateándole el vacío
perezoso y desganao,
caminelo desmontao
con maniador del bozal,
que al irselo yendo el mal
oservándolo con celo
va a conocer por el pelo
el estao del animal.

Si cuando lo sacudió
a prenderle los cartuchos,
liviano y corriendo mucho
a su parecer lo vio,
consúltelo con el relós
si es con el tiempo ladino,
ta' de acuerdo con su tino
córralo con fe y confianza
que el amor y la esperanza
se juegan en el camino.

El tiempo con la experiencia
es quien sazona las cosas,
las hace claras y hermosas
llenas de luz y de ciencia;
mi vocación y mi creencia
me hicieron poeta y cantor
pero con el mismo amor
que pongo en lo que más quiero
cuidaría a mi parejero
si fuera compositor.

RUMBO ABIERTO

Rumbo abierto el de los dos,
mi guitarra compañera,
andando siempre a mi vera
para que encuentre la voz.
Guitarra que tierna sos
como plumón en el nido,
si los acordes te pido
cuando me siento cantor,
es por saberte el dulzor
porque hay miel en tu sonido.

Cuando me fundo en tu abrazo
y abro en la voz la garganta
sonora tu caja canta
porque recorro tu brazo.
Los dos en un solo lazo
decimos en un mismo acento
y porque en el aire siento
tu madera, digo ya:
no se que boca tendrá
tan perfumado el aliento.

Árbol ayer donde el viento
guitarreaba en el ramaje
en vos revive el paisaje,
convertida en instrumento.
El prisionero me siento
de tu cordaje que enreja
y a la vez libre me deja
cuando bien por mal pagás
y la nota exacta dás
al tironearte la oreja.