marzo 22, 2023

Pelegrino Torres La leyenda del MATASIETE


 La leyenda del MATASIETE 


“ Que se jué la china, paisano no importa;

 yo soy de los hombres que saben sufrir, 

el q’es de esperencia, las pena soporta

 y va sin temores p’ande deba dir”.

 “Q’está con el hijo de un rico estanciero 

y que tiene muchos que lo han de cuidar,

 yo siempre ando solo no tengo ladero,

 por nada mi güella la voy a desviar”.

 “ Con naides me meto, yo no quiero enriedo, 

salvo que lo quiera la fatalidá; 

eso, sí, que sepan, que no tengo miedo

 y que aflojo, sólo por necesidá”. 

Así habló un paisano que por el camino 

de la feria al rancho a un vecino halló, 

el que expresamente a alcanzarlo vino 

y la mala nueva le comunicó. 

Hay un arroyito que fiero arremete

 y más de un invierno ya se desbordó,

 todos lo conocen por el Mata-siete 

pero nadie sabe quién lo bautizó. 

Muchos aseguran que aparecen luces 

y más de un valiente se atemorizó, 

donde antes había como siete cruces 

que una gran creciente las arrebató. 

Y también se dice que a un gaucho resero 

una noche oscura y en ese lugar, 

por orden del hijo de un rico estanciero 

un grupo, a mansalva, lo vino a matar. 

Resultó el más guapo de la paisanada, 

sin temor alguno los peleó a facón; 

los siete cuatreros no le hicieron nada; 

tan sólo la pena, le hirió el corazón.

Foto de URUGUAY POR DENTRO


LA PAYADA PELEGRINO TORRES

 La P a y a d a 



Sonaron las guitarras, 

y dos gauchos cantores

 la clásica milonga 

hicieron florecer 

y en la payada criolla

radiante de valores, 

salía entrelazada 

un alma de mujer. 

Era la criolla linda 

por todos codiciada, 

la que encendía el cerebro 

de cada contendor 

y allí estaba reunida, 

del pago, la mozada 

a ver en lucha 

franca quién era el triunfador. 

Brillaba un pensamiento 

prendido en cada arpegio 

poniendo de relieve 

la dote intelectual 

y aquello resultaba

 un dulce florilegio de ingenio, 

de armonía y amor tradicional. 

Lucharon con denuedo 

en lírica ascendente, 

porque una gran promesa 

de amor les inspiró

 y proclamando el triunfo 

al más inteligente entre ambos, 

la payada entonces terminó. 

Un viejo de experiencia 

que vino a dar el fallo, 

después que las guitarras 

dejaron de vibrar

 les dijo seriamente: 

Yo diferencia no hallo, 

ahí tienen dos facones 

si quieren continuar. 

— No acepto — dijo uno— 

hacer chispear los fierros 

los criollos a conciencia, 

jamás deben matar, 

y reprochaba el otro, 

los hombres no son perros 

y puesta la contienda por mi puede quedar. 

La moza se abrió paso 

por entre el paisanaje 

y bella y arrogante les dijo:

 — Atiendanmé! 

ante ese gesto noble yo rindo

 mi homenaje jurando

 que con nadie jamás me casaré. 

Pasaron muchos años

 y la criolla ladina 

“quedó pa vestir santos” 

no se quiso casar 

ahora ya es viejita

 y la mejor vecina de los viejos amigos 

que supieron cantar.

marzo 21, 2023

Pelegrino Torres

 

Gauchada

Se halló una mujer herida,

se estremecieron los jueces

porque ella misma

no supo explicar

quién la atacó

pero un paisano del pago,

a los muy poquitos meses

sin que nadie lo llamara

confesando se entregó.

-Yo soy señor comisario

el hombre que usted buscaba

y no terminé con ella

de pura casualidad

cuando un amigo me dijo

que era falsa y me engañaba.

pero una causa imprevista

me reveló la verdad.

Así que vos sos el hombre

que quiso hacerse el gracioso

atacando a una indefensa

que nadie la protegió

a los maulas de tu laya

los espera el calabozo

páselo nomás sargento

que el asunto terminó.

Comisario, una palabra,

lléveme ande está internada

y allí póngame los grillos

pa pagar mi ingratitud

debo arrustrar mis cadenas

cerca de mi bien amada

y purgando mi delito

velar quiero su salud.

Y después de algunos meses

comentaron sus amigos

que muy feliz y contenta

una pareja gentil

tomada fuerte del brazo

llevando cuatro testigos

del hospital se alejaba

rumbo al registro civil.

Es esa la raza criolla

que un canto a la vida entona

con un inmenso bagaje

de gloria y de tradición

a impulsos de su hidalguía

el gaucho mata o perdona

según hieran su amor propio

o muevan su corazón.

Pelegrino Torres


 

A orillas del Olimar Victor Lima

 

Hay ríos que hoy son ausencias

en mi destino de andar y andar,

pero ninguno me dio esa cosa

que solo tiembla en el Olimar.


Vestida de azul profundo

su agüita cumba cantando va.

Qué lindo suena en las tardecitas

arrobaditas de zucará.



Cuando mueran los caminos

que sueñan, andando yo,

que junto al dulce Olimar querido

se vuelva tierra mi corazón.


Hay ríos que andan y sueñan

y cantan cumbas como el que más,

pero ninguno me dio esa cosa

que solo tiembla en el Olimar.


Hay cosas de vez en cuando

que sin quererlo me hacen pensar,

pues se me van corazón adentro

y allí se quedan, como a soñar.