LA JINETEADA
LA COSCOJA- Fogón Criollo
marzo 30, 2024
LA JINETEADA Enrique Zorrilla- canta Grupo Cerno
marzo 22, 2023
Pelegrino Torres La leyenda del MATASIETE
La leyenda del MATASIETE
“ Que se jué la china, paisano no importa;
yo soy de los hombres que saben sufrir,
el q’es de esperencia, las pena soporta
y va sin temores p’ande deba dir”.
“Q’está con el hijo de un rico estanciero
y que tiene muchos que lo han de cuidar,
yo siempre ando solo no tengo ladero,
por nada mi güella la voy a desviar”.
“ Con naides me meto, yo no quiero enriedo,
salvo que lo quiera la fatalidá;
eso, sí, que sepan, que no tengo miedo
y que aflojo, sólo por necesidá”.
Así habló un paisano que por el camino
de la feria al rancho a un vecino halló,
el que expresamente a alcanzarlo vino
y la mala nueva le comunicó.
Hay un arroyito que fiero arremete
y más de un invierno ya se desbordó,
todos lo conocen por el Mata-siete
pero nadie sabe quién lo bautizó.
Muchos aseguran que aparecen luces
y más de un valiente se atemorizó,
donde antes había como siete cruces
que una gran creciente las arrebató.
Y también se dice que a un gaucho resero
una noche oscura y en ese lugar,
por orden del hijo de un rico estanciero
un grupo, a mansalva, lo vino a matar.
Resultó el más guapo de la paisanada,
sin temor alguno los peleó a facón;
los siete cuatreros no le hicieron nada;
tan sólo la pena, le hirió el corazón.
Foto de URUGUAY POR DENTRO
LA PAYADA PELEGRINO TORRES
La P a y a d a
Sonaron las guitarras,
y dos gauchos cantores
la clásica milonga
hicieron florecer
y en la payada criolla
radiante de valores,
salía entrelazada
un alma de mujer.
Era la criolla linda
por todos codiciada,
la que encendía el cerebro
de cada contendor
y allí estaba reunida,
del pago, la mozada
a ver en lucha
franca quién era el triunfador.
Brillaba un pensamiento
prendido en cada arpegio
poniendo de relieve
la dote intelectual
y aquello resultaba
un dulce florilegio de ingenio,
de armonía y amor tradicional.
Lucharon con denuedo
en lírica ascendente,
porque una gran promesa
de amor les inspiró
y proclamando el triunfo
al más inteligente entre ambos,
la payada entonces terminó.
Un viejo de experiencia
que vino a dar el fallo,
después que las guitarras
dejaron de vibrar
les dijo seriamente:
Yo diferencia no hallo,
ahí tienen dos facones
si quieren continuar.
— No acepto — dijo uno—
hacer chispear los fierros
los criollos a conciencia,
jamás deben matar,
y reprochaba el otro,
los hombres no son perros
y puesta la contienda por mi puede quedar.
La moza se abrió paso
por entre el paisanaje
y bella y arrogante les dijo:
— Atiendanmé!
ante ese gesto noble yo rindo
mi homenaje jurando
que con nadie jamás me casaré.
Pasaron muchos años
y la criolla ladina
“quedó pa vestir santos”
no se quiso casar
ahora ya es viejita
y la mejor vecina de los viejos amigos
que supieron cantar.
marzo 21, 2023
Pelegrino Torres
Gauchada
Se halló una mujer herida,
se estremecieron los jueces
porque ella misma
no supo explicar
quién la atacó
pero un paisano del pago,
a los muy poquitos meses
sin que nadie lo llamara
confesando se entregó.
-Yo soy señor comisario
el hombre que usted buscaba
y no terminé con ella
de pura casualidad
cuando un amigo me dijo
que era falsa y me engañaba.
pero una causa imprevista
me reveló la verdad.
Así que vos sos el hombre
que quiso hacerse el gracioso
atacando a una indefensa
que nadie la protegió
a los maulas de tu laya
los espera el calabozo
páselo nomás sargento
que el asunto terminó.
Comisario, una palabra,
lléveme ande está internada
y allí póngame los grillos
pa pagar mi ingratitud
debo arrustrar mis cadenas
cerca de mi bien amada
y purgando mi delito
velar quiero su salud.
Y después de algunos meses
comentaron sus amigos
que muy feliz y contenta
una pareja gentil
tomada fuerte del brazo
llevando cuatro testigos
del hospital se alejaba
rumbo al registro civil.
Es esa la raza criolla
que un canto a la vida entona
con un inmenso bagaje
de gloria y de tradición
a impulsos de su hidalguía
el gaucho mata o perdona
según hieran su amor propio
o muevan su corazón.
Pelegrino Torres
A orillas del Olimar Victor Lima
Hay ríos que hoy son ausencias
en mi destino de andar y andar,
pero ninguno me dio esa cosa
que solo tiembla en el Olimar.
Vestida de azul profundo
su agüita cumba cantando va.
Qué lindo suena en las tardecitas
arrobaditas de zucará.
Cuando mueran los caminos
que sueñan, andando yo,
que junto al dulce Olimar querido
se vuelva tierra mi corazón.
Hay ríos que andan y sueñan
y cantan cumbas como el que más,
pero ninguno me dio esa cosa
que solo tiembla en el Olimar.
Hay cosas de vez en cuando
que sin quererlo me hacen pensar,
pues se me van corazón adentro
y allí se quedan, como a soñar.
octubre 11, 2017
APRENDAN MUCHACHOS
En este tiempo en que estamos,
en que tan fácil se olvida,
dejando correr la vida
sin saber ni donde vamos;
es justo nos detengamos
un instante a meditar,
y entremos a reflexionar
sobre costumbres de ayer,
hoy debemos aprender
para mañana enseñar.
Aprender muchachos de ahora
nuestras bellas tradiciones
y a nuevas generaciones
transmitirles sin demora;
lo viejo ha de ser aurora
en los días que vendrán,
auroras que inundarán
el alma del colorido
de costumbres que se han ido,
pero que muertas no están.
Para ello hay que revivir
el amor patrio primero,
inequívoco sendero
que los debe conducir;
amen, no dejen morir
lo que les dará expansiones,
amen como aman los leones
la selva en que han nacido,
¡que no sé si sus rugidos
no son amantes canciones!
Una guitarra encordada
jamás les debe faltar,
pues ella alcanza a llegar
al alma en toda jornada;
que no haya nadie ni nada
que la pueda ensombrecer,
y está en ustedes hacer
que brille y que vibre más,
porque no ha de ser la jazz
la que la haga enmudecer.
Lo nativo hay que inculcar,
tomarlo sagradamente,
con la fe con que el creyente
se acerca al pie del altar;
y hasta en el aula escolar
debía ser obligación
enseñar el pericón,
danza de música bella,
para que deje una huella
de Patria en el corazón.
Aprendan nuestras canciones
que nunca causan desdoro,
ellas son el hilo de oro
que bordan las tradiciones;
tengan algunas nociones
de la doma, esquila, yerra,
descubran lo que se encierra
en los trabajos camperos,
¡no parezcan extranjeros
estando en su propia tierra!
Por eso, aprendan siquiera
los que estén en ese ambiente,
y podrán ser exponente
de sabiduría campera;
sepan lo que es la mancera
y el timón del arado,
lo que es el pelo colorado
distingan del doradillo,
cuándo es sabino el tordillo,
qué es rabicano manchado.
En éste país que ha sido
cuna de gauchos camperos
y que en tropillas y aperos
hubo lujo desmedido;
casi ha desaparecido
lo que aquí estoy recordando,
y en los que se vienen criando
en los trabajos del suelo...
¡hay quien no conoce el pelo
del pingo que está motando!
Aprendan a conocer
campos, haciendas, cereales,
pastos y cosas rurales
que han hecho el país florecer;
¡y no olviden el deber
en que están de repudiar
al que en vez de trabajar
viene de algún suelo extraño,
como embajador del daño
a corromper y agitar!
La reacción será lograda,
pero tras lucha constante,
con el Himno por delante
que es la patria condensada;
y sin más arma ni espada
que patrióticos ideales,
soldados espirituales
sean para defender...
¡muros que quieren caer
se sostienen con puntales!
Gualberto Marquez
MI TROPILLA
fue su encanto y maravilla,
una mentada tropilla
que seleccionó mi empeño.
Fui yo, sin jactancia, el dueño
de esa tropilla que fuera
la mejor que conociera
el pago de mis pasiones
y había allí sin pretensiones
del pelo que usted pidiera.
Tuve un zaino y un lobuno,
un moro y un colorao,
un bayo, un blanco, un tostao,
un overo y un cebruno,
pero mejor que ninguno
aquél bagual pangaré,
que yo mesmo lo amansé
y tan bueno me salió
que el día que se murió
de pena casi lloré.
Tuve un pampa y un tordillo,
un gateao, un rabicano,
un azulejo, un ruano,
un manchao y un doradillo,
entre ellos tuve un rosillo
que rematé en el poblao,
que sin haberlo aprontao
le gané siendo contrario,
al pingo del comesario
que naides le había ganao.
Tuve un overo rosao,
un alazán, un picazo,
que pa cualquier tiro'e lazo
nada mejor he encontrao.
Un malacara bragao,
voluntarioso y seguro,
y pa salir de un apuro
huyéndole al alboroto,
tuve un overo poroto,
un tobiano y un oscuro.
Tuve un tordillo sabino
como pescao pa nadar,
baquianazo pa cruzar
arroyo con remolino.
Como luz en el camino
muchas veces lo apronté,
muchas carreras gané
y el día del baile una moza,
del pago la más hermosa
el bagual le regalé.
¡Ah!, todo ha terminao
en mi enlutada tapera,
no hay ni una garra siquiera,
bozal, riendas ni recao.
Sólo un matungo prestao
suelo andar en ocasiones,
ya ni canto en los fogones,
mis alegrías se fueron:
y mis caballos murieron
igual que mis ilusiones.
FOTO TROPILLA ESTABLECIMIENTO LA LUCILA