Gauchada
Se halló una mujer herida,
se estremecieron los jueces
porque ella misma
no supo explicar
quién la atacó
pero un paisano del pago,
a los muy poquitos meses
sin que nadie lo llamara
confesando se entregó.
-Yo soy señor comisario
el hombre que usted buscaba
y no terminé con ella
de pura casualidad
cuando un amigo me dijo
que era falsa y me engañaba.
pero una causa imprevista
me reveló la verdad.
Así que vos sos el hombre
que quiso hacerse el gracioso
atacando a una indefensa
que nadie la protegió
a los maulas de tu laya
los espera el calabozo
páselo nomás sargento
que el asunto terminó.
Comisario, una palabra,
lléveme ande está internada
y allí póngame los grillos
pa pagar mi ingratitud
debo arrustrar mis cadenas
cerca de mi bien amada
y purgando mi delito
velar quiero su salud.
Y después de algunos meses
comentaron sus amigos
que muy feliz y contenta
una pareja gentil
tomada fuerte del brazo
llevando cuatro testigos
del hospital se alejaba
rumbo al registro civil.
Es esa la raza criolla
que un canto a la vida entona
con un inmenso bagaje
de gloria y de tradición
a impulsos de su hidalguía
el gaucho mata o perdona
según hieran su amor propio
o muevan su corazón.
Pelegrino Torres
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