"Allá va cielo y mas cielo
cielito de la mañana...
después de los risueñores
bien puede cantar la rana.
Lima anduvo endureciendo
entre el temor y el encono,
y por ajuste de cuentas
D. Laserna largó el mono.
Cielito, cielo que sí
bien se lo pronostiqué
pero ya que ansí lo quiso
tenga paciencia el Virrey.
Desconfiando de su alzada
quitaron a D. Pezuela,
porque el infeliz tenía
medio picada una muela.
Cielito y luego a Laserna
le encargaron el gobierno...
oh, mozo para un encargue
¡si no hubiera sido invierno!
Juyó con todas las platas
y aun alivió los conventos
no dejaron ni ratones
con la juerza del tormento.
Cielito, cielo que sí,
tome bien la deresera,
porque con la pesadumbre
no dé en una vizcachera.
Con puros mozos de garras
San Martín entró triunfante,
con jefes y escribanistas
y todos los comandantes.
Cielito, cielo que sí,
digo, cese la pendencia,
ya reventó la coyunda
y ¡viva la Independencia!
Y en cuento gritaron ¡viva!
Ya salieron boraciando
los libres con las banderas
que a la Patria consagraron.
Cielo, y ya las garabinas
y los cañones roncaron
y hasta las campanas viejas
allí dejaron el guano.
¡Qué bailes y qué junciones!
Y aquel beber tan prolijo,
que en el rico es alegría
y en el pobre pedo fijo."
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