diciembre 31, 2012
PIU AVANTI- ALMAFUERTE
No te des por vencido, ni aun vencido,
No te sientas esclavo, ni aun esclavo;
Trémulo de pavor, piénsate bravo,
Y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido,
Que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
No la cobarde intrepidez del pavo
Que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora,
O como Lucifer, que nunca reza,
O como el robledal, cuya grandeza
Necesita del agua y no la implora...
¡Que muerda y vocifere vengadora,
Ya rodando en el polvo tu cabeza!
CIELITO ORIENTAL- BARTOLOME HIDALGO
El portugués
con afán
dicen que viene bufando;
saldrá con la suya cuando
veña o Rey Dom Sebastián.
Cielito, cielo que sí,
cielito locos estan;
ellos vienen reventando
¡quién sabe si volverán!
Dicen que vienen erguidos
y muy llenos de confianza;
veremos en esta danza
quiénes son los divertidos.
Cielito, cielo que sí,
cielo hermoso y halagüeño,
siempre ha sido el portugues
enemigo muy pequeño.
Ellos traen facas brillantes
espingardas muy lucidas
bigoteiras retorcidas
y burriqueiros bufantes.
Cielito, cielo que sí,
Portugueses no arriesguéis,
mirad que habéis de jugar,
y todo lo perderéis,
Vosso Principe Regente
nao é para conquistar,
nasceu só para falar ,
mais aqui ya he differente .
Cielito, cielo que sí,
fidalgos ya vos entendo:
de tus pataratas teys
todito el mundo lleno.
Vossa señora Carlota,
dando pábulo a su furia,
quiere fazeros injuria
de pensar que sois pelota.
Cielito, cielo que sí,
¿nao coñocéis majadeiros
que em as infelicidades
vosotros soios os primeiros?
¿Queréis perder vossa vida,
vossos filhos é mulheres,
e dehiyar vossos quehaceres
e á minina querida ?
Cielito, cielo que sí,
es inmutable verdad,
que todo se desconcierta
faltando la humanidad.
¿Que cosa pudo mediar
para fazeros sahir
e a nossas terras venir
con armas, a conquistar?
Cielito, cielo que sí,
con razaun ficais tremendo ,
ya visteis fidalgos que
puco a puco vais morrendo .
Enviadle pronto a dezir
a vosso Príncipe Regente
que todos vais a morrer
e que nau le fica yente .
Cielito, cielo que sí,
cielito de Portugal,
vosso sepulcro vay ser
sem duvida, a Banda Oriental .
A Deus, á Deus faroleiros ,
Portugueses mentecatos,
parentes dos maragatos ,
insignes alcobiteiros .
Cielito, cielo que sí,
el Oriental va con bolas,
mirad, Portugueses que hay
otro D. Pedro Cebolas.
[1816]
dicen que viene bufando;
saldrá con la suya cuando
veña o Rey Dom Sebastián.
Cielito, cielo que sí,
cielito locos estan;
ellos vienen reventando
¡quién sabe si volverán!
Dicen que vienen erguidos
y muy llenos de confianza;
veremos en esta danza
quiénes son los divertidos.
Cielito, cielo que sí,
cielo hermoso y halagüeño,
siempre ha sido el portugues
enemigo muy pequeño.
Ellos traen facas brillantes
espingardas muy lucidas
bigoteiras retorcidas
y burriqueiros bufantes.
Cielito, cielo que sí,
Portugueses no arriesguéis,
mirad que habéis de jugar,
y todo lo perderéis,
Vosso Principe Regente
nao é para conquistar,
nasceu só para falar ,
mais aqui ya he differente .
Cielito, cielo que sí,
fidalgos ya vos entendo:
de tus pataratas teys
todito el mundo lleno.
Vossa señora Carlota,
dando pábulo a su furia,
quiere fazeros injuria
de pensar que sois pelota.
Cielito, cielo que sí,
¿nao coñocéis majadeiros
que em as infelicidades
vosotros soios os primeiros?
¿Queréis perder vossa vida,
vossos filhos é mulheres,
e dehiyar vossos quehaceres
e á minina querida ?
Cielito, cielo que sí,
es inmutable verdad,
que todo se desconcierta
faltando la humanidad.
¿Que cosa pudo mediar
para fazeros sahir
e a nossas terras venir
con armas, a conquistar?
Cielito, cielo que sí,
con razaun ficais tremendo ,
ya visteis fidalgos que
puco a puco vais morrendo .
Enviadle pronto a dezir
a vosso Príncipe Regente
que todos vais a morrer
e que nau le fica yente .
Cielito, cielo que sí,
cielito de Portugal,
vosso sepulcro vay ser
sem duvida, a Banda Oriental .
A Deus, á Deus faroleiros ,
Portugueses mentecatos,
parentes dos maragatos ,
insignes alcobiteiros .
Cielito, cielo que sí,
el Oriental va con bolas,
mirad, Portugueses que hay
otro D. Pedro Cebolas.
[1816]
CIELITO BARTOLOME HIDALGO
Cielitos que con
acompañamiento de guitarra cantaban los patriotas al frente de las murallas de
Montevideo.
Los chanchos que Vigodet
ha encerrado en su chiquero
marchan al son de la gaita
echando al hombro un fungeiro .
Cielito de los gallegos,
¡ay!, cielito del dios Baco,
que salgan al campo limpio
y verán lo que es tabaco.
Vigodet en su corral
se encerró con sus gallegos,
y temiendo que lo pialen
se anda haciendo el chancho rengo.
Cielo de los mancarrones ,
¡ay!, cielo de los potrillos,
ya brincarán cuando sientan
las espuelas y el lomillo.
[1812]
Los chanchos que Vigodet
ha encerrado en su chiquero
marchan al son de la gaita
echando al hombro un fungeiro .
Cielito de los gallegos,
¡ay!, cielito del dios Baco,
que salgan al campo limpio
y verán lo que es tabaco.
Vigodet en su corral
se encerró con sus gallegos,
y temiendo que lo pialen
se anda haciendo el chancho rengo.
Cielo de los mancarrones ,
¡ay!, cielo de los potrillos,
ya brincarán cuando sientan
las espuelas y el lomillo.
[1812]
CABALLO DE INDIO-VERSOS DE MARTIN FIERRO QUE CANTA CAFRUNE
El indio que tiene un pingo
que se llega a distinguir,
lo cuida hasta pa dormir;
de ese cuidao es esclavo;
se lo alquila a otro indio bravo
cuando vienen a invadir.
.....
Por eso habrán visto ustedes,
si en el caso se han hallao,
y si no lo han observao,
ténganló dende hoy presente,
que todo pampa valiente
anda siempre bien montao.
Marcha el indio a trote largo,
paso que rinde y que dura;
viene en direción sigura
y jamás a su capricho;
no se les escapa ni un bicho
en la noche más escura.
....
Es guerra cruel la del indio
porque viene como fiera;
atropella donde quiera
y de asolar no se cansa;
de su pingo y de su lanza
toda salvación espera.
Debe atarse bien la faja
quien a aguardarlo se atreva;
siempre mala intención lleva,
y, como tiene alma grande,
no hay plegaria que lo ablande
ni dolor que lo conmueva.
....
El indio nunca se ríe,
y el pretenderlo es en vano,
ni cuando festeja ufano
el triunfo en sus correrías;
la risa en sus alegrías
le pertenece al cristiano.
.....
Yo me le senté al del pampa;
era un oscuro tapao,
cuando me hallo bien montao
de mis casillas me salgo;
y era un pingo como galgo,
que sabía correr boliao.
Para correr en el campo
no hallaba ningún tropiezo:
los ejercitan para eso
y los ponen como luz,
de dentrarle a un avestruz
y boliar bajo el pescuezo.
El pampa educa al caballo
como para un entrevero;
como rayo es de ligero
en cuanto el indio lo toca;
y, como trompo, en la boca
da güeltas sobre de un cuero.
Lo varea en la madrugada;
jamás falta a ese deber;
luego lo enseña a correr
entre fangos y guadales:
¡ansina esos animales
es cuanto se puede ver!
En el caballo de un pampa
no hay peligro de rodar,
¡jué pucha! y pa disparar
es pingo que no se cansa;
con prolijidá lo amansa
sin dejarlo corcobiar.
Pa quitarle las cosquillas
con cuidao lo manosea;
horas enteras emplea,
y, por fin, sólo lo deja
cuando agacha las orejas
y ya el potro ni cocea.
Jamás le sacude un golpe
porque lo trata al bagual
con pacencia sin igual;
al domarlo no le pega,
hasta que al fin se le entrega
ya dócil el animal.
....
Ansí todo el que procure
tener un pingo modelo,
lo ha de cuidar con desvelo,
y debe impedir también,
el que de golpes le den
o tironeén en el suelo.
Muchos quieren dominarlo
con el rigor y el azote,
y si ven al chafalote
que tiene trazas de malo,
lo embraman de un palo
hasta que se descogote.
Todos se vuelven pretestos
y güeltas para ensillarlo:
dicen que es por quebrantarlo,
mas compriende cualquier bobo,
que es de miedo al corcovo,
y no quieren confesarlo.
El animal yeguarizo
(perdónenmé esta alvertencia)
es de mucha conocencia
y tiene mucho sentido;
es animal consentido:
lo cautiva la pacencia.
Aventaja a los demás
el que estas cosas entienda;
es bueno que el hombre aprienda,
pues hay pocos domadores
y muchos frangolladores
que andan de bozal y rienda.
Seleccion de versos del Martín Fierro que canta JORGE CAFRUNE
Titula el tema : CABALLO DE INDIO
LP Aquí me pongo a cantar, Cosas del Martín Fierro Sondor CBS
diciembre 29, 2012
CUANDO EMPIEZA A AMANECER -RUBEN LENA
La mirada franca,
una pinta blanca,
bien lustroso el anca,
tranco, tranco, tranco.
Cuando empieza a amanecer
y a aclarar el horizonte,
se comienza a divisar
el negro perfil del monte.
Y allí está el Cebollatí,
como un espejo de lindo
y el lucero está temblando
sobre las aguas del río.
Mañanita no te apures,
que el silencio está quietito
y en las puntas de los pastos
está dormido el rocío.
El verde oscuro del junco
se hace negro en el bañado
y el Juan Grande anda en lo suyo
pensativo y cabizbajo.
La noche se hizo la ciega
pero ha sentido remando
y el río como un gran padre,
las soledades velando…
MATE AMARGO- TABARE REGULES. AMALIA DE LA VEGA
Mate amargo que naciste
en la rueda de un fogón,
derramando tradición
entre un estilo y un triste.
Mate amargo que trajiste
... entre tu yerba sabrosa
la suavidad primorosa
de una mano de mujer
y el embrujo de un querer
con que te cebó una moza.
Sos el amigo sincero
con quien a solas proseando
pasás las horas rodando
en un galope ligero.
Sos sereno consejero
que escuchamos con halago,
y entre un trago y otro trago
mientras la pava se queja,
nos hablás de cosas viejas,
de la querencia y el pago.
El más bravo se arrocina
al paladear tu amargura,
sos sabroso como achura
y querendón como china.
Sos alma de la cocina
que alegra reunión sencilla
y mientras la llama brilla
vos vas con tierno embeleso,
como si fueras un beso
aleteando en la bombilla.
Y cuando ya galopeao
como pájaro sin pluma,
el agua no forma espuma
y estás del todo lavao.
Tenés siempre algún costao
pa’ que el hombre te aproveche,
te da vuelta, y sin que te eche
yerba, quedás de primera,
sos como vaca mañera
que sabe esconder la leche.
"MATE AMARGO" (Milonga)
Música de Amalia de la Vega
Letra de Tabaré Regules
diciembre 28, 2012
MODESTIA APARTE-WENCESLAO VARELA
“... Jamás, con mi moro, arrollo
si d’entro en una carrera;
con 'rastras' no armo cuadrera
porque teng’orgullo criollo...
Salir 'de abajo' es un 'bollo',
cuando quiero corto luz,
'fiador', 'pescuezo', 'testuz'
los saco justo, pues no!
siempre que lo corra yo,
que me hago un ñudo en la cruz ...”
Fragmento de “Modestia a parte”, de Wenceslao Varela
si d’entro en una carrera;
con 'rastras' no armo cuadrera
porque teng’orgullo criollo...
Salir 'de abajo' es un 'bollo',
cuando quiero corto luz,
'fiador', 'pescuezo', 'testuz'
los saco justo, pues no!
siempre que lo corra yo,
que me hago un ñudo en la cruz ...”
Fragmento de “Modestia a parte”, de Wenceslao Varela
PAGOS DE TACUAREMBO-WALTER ORTIZ Y AYALA
“Hay un lugar que hace tiempo
muy lejos se me quedó
de las manos y los ojos,
pagos de Tacuarembó...
Baldios y terraplenes,
alamedas, que sé yo,
cuantos caminos y calles
anduve en Tacuarembó...
No me duele la nostalgia,
no se me enreda la voz
cuando apelo a la memoria,
pagos de Tacuarembó...
‘La pucha que tra’ilusiones
el tiempo’ – Fierro cantó –
aunque el alma es la misma,
también he cambiado yo...
Amores, tentenelaire,
pura sombra, poca flor,
de lejos todo se vuelve
más hondo, limpio y mejor...
Mate amargo compañero
de montes, rios y sol,
incendio de amaneceres,
también he cambiado yo...
No me duele la nostalgia,
no se me enreda la voz
cuando apelo a la memoria,
pagos de Tacuarembó...
muy lejos se me quedó
de las manos y los ojos,
pagos de Tacuarembó...
Baldios y terraplenes,
alamedas, que sé yo,
cuantos caminos y calles
anduve en Tacuarembó...
No me duele la nostalgia,
no se me enreda la voz
cuando apelo a la memoria,
pagos de Tacuarembó...
‘La pucha que tra’ilusiones
el tiempo’ – Fierro cantó –
aunque el alma es la misma,
también he cambiado yo...
Amores, tentenelaire,
pura sombra, poca flor,
de lejos todo se vuelve
más hondo, limpio y mejor...
Mate amargo compañero
de montes, rios y sol,
incendio de amaneceres,
también he cambiado yo...
No me duele la nostalgia,
no se me enreda la voz
cuando apelo a la memoria,
pagos de Tacuarembó...
Viejo Chapiao- Carlos Castello Luro
Siempre anduve bien montao
tapando al flete con priendas,
no tengo estancia ni haciendas
pero vivo preocupao
en agrandar el chapiao
que no es soncera, aparceros,
no será el de los primeros
como el de un hombre con plata,
sin embargo no es de lata
ni es de soga esa, ladero.
Puntea la cabezada,
la rastra, facón, espuela,
freno, copas, pontezuela,
"las marías" retobadas.
Riendas de plata sellada
pa' lucir algún domingo,
cuando lo adorno a mi pingo,
un flor de picazo overo,
refucila tanto el cuero
que hasta suspiran los gringos.
Mi nombre en el pretal,
en los bastos cabecera
y en la estrella'e la frentera
un lujo cada inicial.
Con el brillo del metal
he encandilao muchos ojos
pero que mueran de antojos
no cambio el chapiao por nada,
y si copan la parada
mi pucho no junta abrojo.
Por ser taura y jugador
una vuelta le eché el resto,
paré con el sobrepuesto
los canutos bajadores.
Los estribos, un fiador,
riendas, chifle y el yesquero;
pero el cinto era culero
tiró el hombre, salió taba,
vuelta y media ¡ché clavada!
y perdí hasta el parejero.
Ahora la ensillo ocasión
pa un domingo en especial,
pa una fiesta nacional
ande siempre los mirones,
codicean los patacones,
bombas, virolas, estrellas;
creyendo que nuestras huellas
se han borrao o se deshacen,
ande hay yeguas potros nacen
y ande hay gordos hay de pellas.
FOTO DE EDUARDO AMORIN
tapando al flete con priendas,
no tengo estancia ni haciendas
pero vivo preocupao
en agrandar el chapiao
que no es soncera, aparceros,
no será el de los primeros
como el de un hombre con plata,
sin embargo no es de lata
ni es de soga esa, ladero.
Puntea la cabezada,
la rastra, facón, espuela,
freno, copas, pontezuela,
"las marías" retobadas.
Riendas de plata sellada
pa' lucir algún domingo,
cuando lo adorno a mi pingo,
un flor de picazo overo,
refucila tanto el cuero
que hasta suspiran los gringos.
Mi nombre en el pretal,
en los bastos cabecera
y en la estrella'e la frentera
un lujo cada inicial.
Con el brillo del metal
he encandilao muchos ojos
pero que mueran de antojos
no cambio el chapiao por nada,
y si copan la parada
mi pucho no junta abrojo.
Por ser taura y jugador
una vuelta le eché el resto,
paré con el sobrepuesto
los canutos bajadores.
Los estribos, un fiador,
riendas, chifle y el yesquero;
pero el cinto era culero
tiró el hombre, salió taba,
vuelta y media ¡ché clavada!
y perdí hasta el parejero.
Ahora la ensillo ocasión
pa un domingo en especial,
pa una fiesta nacional
ande siempre los mirones,
codicean los patacones,
bombas, virolas, estrellas;
creyendo que nuestras huellas
se han borrao o se deshacen,
ande hay yeguas potros nacen
y ande hay gordos hay de pellas.
FOTO DE EDUARDO AMORIN
diciembre 26, 2012
NOCHEGÛENA- F. Molina Campos
Nochegüena
Florencio Molina Campos
Nojotro tamién festejamo la noch´e Navidad. –Un tal don Rumaldo Piedracueva y misia Patrocinio, qu´es su señora mujer- noj envitaron pa esperar la Nochegüena, que le saben decir, y comer pasteles. P´hacer tiempo, como quien no quiere la cosa dentramo a pegarle a loj amargo y a los cuento. Ahí taban Feliciano Anrade Pomuseno Socaj – que le saben yamar candau, porque siempre ta cayau – y ño Jruto Riarte, viejito mañero y yeno´e refrane y mentira, más chismoso que vieja culandrera. ¡Ta que noj hizo raír con sus dicho! Si hasta la piona qu´estaba apreparando la cena pa más luego y el chiquilín güérfano, recogido por los dueño´e casa, se raiban de las guayabas que largaba el viejito Riarte.
Relato escrito por Molina Campos para la revista Caras y Caretas publicado en diciembre de 1936 acompañando su obra Anda con la pava echada de 1934
Florencio Molina Campos
Nojotro tamién festejamo la noch´e Navidad. –Un tal don Rumaldo Piedracueva y misia Patrocinio, qu´es su señora mujer- noj envitaron pa esperar la Nochegüena, que le saben decir, y comer pasteles. P´hacer tiempo, como quien no quiere la cosa dentramo a pegarle a loj amargo y a los cuento. Ahí taban Feliciano Anrade Pomuseno Socaj – que le saben yamar candau, porque siempre ta cayau – y ño Jruto Riarte, viejito mañero y yeno´e refrane y mentira, más chismoso que vieja culandrera. ¡Ta que noj hizo raír con sus dicho! Si hasta la piona qu´estaba apreparando la cena pa más luego y el chiquilín güérfano, recogido por los dueño´e casa, se raiban de las guayabas que largaba el viejito Riarte.
Relato escrito por Molina Campos para la revista Caras y Caretas publicado en diciembre de 1936 acompañando su obra Anda con la pava echada de 1934
septiembre 09, 2012
JUAN PEDRO LOPEZ- ANECDOTA
—————————————————————————————–
UN PAYADOR CON PRINCIPIOS
En el siguiente artículo, se cuenta cómo el payador uruguayo Juan Pedro López decidió devolver la guitarra que le había regalado el expedicionario Ramón Franco, hermano del general Francisco Franco, cumpliendo la petición que le hiciera el español al entregársela de “no cantar nunca a la tiranía”.
Diario ABC de Madrid (26 de Septiembre de 1937)
En el archivo siguiente, podéis leer una entrevista a Ramón Franco reproducida ocho años atrás en el diario madrileño El Sol (pág.3), en la que el célebre aviador habla sobre la guitarra que regaló a López y el poema que el payador uruguayo le había dedicado.
septiembre 08, 2012
ZORRILLA DE SAN MARTIN - TABARE- CANTO SEXTO IX
IX
X
XI
XII
Por allá, entre los árboles,
apareció un momento
Tabaré, conduciendo a la española,
y en la espesura se internó de nuevo.
De Blanca se escuchaban
los débiles lamentos;
aun vierte, sobre el hombro del charrúa,
el llanto aquel que reventó en su pecho.
El indio va callado,
sigue, sigue corriendo,
siempre empujado por la fuerza aquella
que sacudió sus ateridos miembros.
Va insensible, agobiado,
y en dirección al pueblo;
siempre dejando, de su sangre fría,
las gotas que aun le quedan, en suelo.
Grito de rabia y júbilo
lanzó Gonzalo al verlo,
y, como empuja el arco a la saeta,
de su ciega pasión lo empujó el vértigo.
Los ruidos de su arnés y de sus armas,
al chocar con los árboles, se oyeron
internarse saltando entre las breñas,
y despertando los dormidos ecos.
Han seguido al hidalgo
el monje y los soldados. Allá adentro
se va apagando el ruido de sus pasos;
el aire está y los árboles suspensos
Un grito sofocado
resuena a poco tiempo;
tras él, clamores de dolor y angustia
turban del bosque el funeral silencio ...
X
¡Cayó la flor al río!
Los temblorosos círculos concéntricos
balancearon los verdes camalotes,
y, entre los brazos del juncal, murieron.
Las grietas del sepulcro
engendraron un lirio amarillento.
Tuvo el perfume de la flor caída,
su misma extrema palidez... ¡Han muerto!
Así el himno cantaban
los desmayados ecos;
así lloraba el urutí en las ceibas,
y se quejaba en el sauzal el viento.
XI
Cuando al fondo del soto
el anciano llegó con los guerreros,
Tabaré, con el pecho atravesado,
yacía inmóvil, en su sangre envuelto.
La espada del hidalgo
goteaba sangre que regaba el suelo;
Blanca lanzaba clamorosos gritos...
Tabaré no se oía ... Del aliento
de su vida quedaba
un estertor apenas, que sus miembros
extendidos en tierra recorría,
y que en breve cesó... Pálido, trémulo,
inmóvil, don Gonzalo,
que aun oprimía el sanguinoso acero,
miraba a Blanca, que, poblando el aire
de gritos de dolor, contra su seno
estrechaba al charrúa,
que dulce la miró, pero de nuevo
tristemente cerró, para no abrirlos,
los apagados ojos en silencio.
El indio oyó su nombre
al derrumbarse en el instante eterno.
Blanca, desde la tierra, lo llamaba;
lo llamaba, por fin, pero de lejos ...
Ya Tabaré, a los hombres,
ese postrer ensueño
no contará jamás... Está callado,
callado para siempre, como el tiempo,
como su raza,
como el desierto,
como tumba que el muerto ha abandonado:
¡Boca sin lengua, eternidad sin cielo!
XII
Ahogada por las sombras,
la tarde va a morir. Vagos lamentos
vienen, de los lejanos horizontes,
a estrecharse en el aire entre los ceibos.
Espíritus errantes e invisibles,
desde los cuatro vientos,
desde el mar y las sierras, han venido
con la suprema queja del desierto:
con la voz de los llanos y corrientes,
de los bosques inmensos,
de las dulces colinas uruguayas,
en que una raza dispersó sus huesos;
voz de un mundo vacío que resuena;
raro acorde, compuesto
de lejanos cantares o tumultos,
de alaridos, y lágrimas, y ruegos.
El sol entre los árboles
ha dejado su adiós más lastimero,
triste como la última mirada
de una virgen que fuere sonriendo.
Cuelgan, entre los árboles del bosque,
largos crespones negros;
cuelgan, entre los árboles, las sombras,
que, como ayes informes, van cayendo.
Cuelgan, entre los árboles del bosque,
tules amarillentos;
cuelgan, entre los árboles, los últimos
lampos de luz, como sudarios trémulos.
La luz y las tinieblas, en los aires,
batallan un momento;
extraña y negra forma cobra el bosque...
La noche sin aurora está en su seno.
Y, cual se oyen gotear, tras de la lluvia,
después que cesa el viento,
las empapadas ramas de los árboles,
o los mojados techos,
brotan del bosque, en que el callado grupo
está en la densa obscuridad envuelto,
ya un metálico golpe en la armadura
capitán o de un arcabucero;
ya un sollozo de Blanca, aun abrazada
de Tabaré con el inmóvil cuerpo,
o una palabra, trémula y solemne,
de la oración del monje por los muertos.
Zorrilla de San Martin Juan.- TABARÉ- CANTO SEGUNDO
IX
X
Cayó la flor al río.
Se ha marchitado, ha muerto.
Ha brotado, en las grietas del sepulcro,
un lirio amarillento.
La madre ya ha sentido
mucho frío en los huesos;
La madre tiene, en torno de los ojos,
amoratado cerco;
Y en el alma la angustia,
y el temblor en los miembros,
y en los brazos el niño, que sonríe,
y en los labios el ruego.
Duerme hijo mío. Mira: entre las ramas
está dormido el viento;
el tigre en el flotante camalote,
y en el nido los pájaros pequeños ...
¿Sentís la risa? Caracé, el cacique
ha vuelto ebrio, muy ebrio.
Su esclava estaba pálida, muy pálida...
Hijo y madre ya duermen los dos sueños.
Los párpados del niño se cerraban.
Las sonrisas entre ellos
asomaban apenas, como asoman
las últimas estrellas a lo lejos.
Los párpados caían de la madre,
que, con esfuerzo lento,
pugnaba en vano porque no llegaran
de su pupila al agrandado hueco.
Pugnaba por mirar el indio niño
una vez más al menos;
pero el niño, para ella, poco a poco,
en un nimbo sutil se iba perdiendo.
Parecía alejarse, desprenderse,
resbalar de sus brazos, y, por verlo,
las pupilas inertes de la madre
se dilataban en supremo esfuerzo.
X
Imagen de Carmen Rumassa Farre
Duerme hijo mío. Mira, entre las ramas
está dormido el viento;
el tigre en el flotante camalote,
y en el nido los pájaros pequeños;
hasta en el valle
duermen los ecos.
Duerme. Si al despertar no me encontraras,
yo te hablaré a lo lejos;
una aurora sin sol vendrá a dejarte
entre los labios mi invisible beso;
duerme; me llaman,
concilia el sueño.
Yo formaré crepúsculos azules
para flotar en ellos:
para infundir en tu alma solitaria
la tristeza más dulce de los cielos;
así tu llanto
no será acerbo.
Yo ampararé de aladas melodías
los sauces y los ceibos,
y enseñaré a los pájaros dormidos
a repetir mis cánticos maternos...
El niño duerme,
duerme sonriendo.
La madre lo estrechó; dejó en su frente
una lágrima inmensa, en ella un beso,
y se acostó a morir. Lloró la selva,
y, al entreabrirse, sonreía el cielo.
Zorrilla de San Martin, Juan- TABARE Introduccion
Introducción
|
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agosto 23, 2012
BARTOLOME HIDALGO
Cuando a principios del siglo XIX gauchos,
jornaleros y vecinos establecidos, sitiaron la ciudad de Montevideo para
expulsar al gobierno impuesto por el imperio español, ni siquiera se imaginaban
en que culminaría el fruto de sus acciones.
Cuentan documentos de época que abrigados bajo
la oscuridad de la noche, osados guerreros se deslizaban con guitarras hasta las
murallas de la ciudad-puerto, donde cantaban un nuevo estilo musical, el
cielito.
Flacos, sarnosos y tristes,
los godos acorralados
han perdido el pan y el queso
por ser desconsiderados.
Cielo de los orgullosos,
cielo de Montevideo,
piensan librarse del sitio
y se hallan con el bloqueo.
El cielito documentaba todos los
acontecimientos y temores que padecía el pueblo, historiando las marchas, las
victorias o las derrotas, el diario quehacer, el sentimiento de valentía y de
hondo patriotismo. Los primeros se escuchan en la Banda Oriental hacia 1812, y
son atribuidos a un poeta desconocido, Bartolomé Hidalgo.
Nace en la incipiente ciudad de Montevideo,
allá por el año 1778, en la cuna de una familia numerosa y con graves apremios
económicos. Es el único hijo varón entre cuatro mujeres. A raíz de la muerte de
su progenitor; con apenas 12 años, debió hacerse cargo de la familia. Es
empleado en la tienda de Martín Artigas, padre del que luego sería prócer de la
patria, José Gervasio Artigas.
Su instrucción fue accidental y nada confirma
que asistiera en forma regular a escuela alguna, salvo que debió participar de
la educación impartida por los padres franciscanos. Fueron tiempos difíciles
para un niño que debió adoptar las responsabilidades de un hombre.
Por su práctica contable ingresa en 1806 en el
Ministerio de la Real Hacienda.
Ante la sorpresiva invasión británica, al año
siguiente participa en la batalla del Cardal, defendiendo la Corona Española.
Luego de esta aventura, en 1807, vuelve a su ciudad natal y es reintegrado al
antiguo puesto en el ministerio. En los ratos de ocio se dedica a escribir y a
crear música.
El 28 de abril de 1811 es incorporado al
ejército de gauchos que reúne Artigas, y participa en el primer Sitio a
Montevideo. Quienes forman el grueso de este ejército rebelde, son: hombres
negros esclavos que ven en la revolución una manera de escapar a sus amos, gente
perseguida por la ley, contrabandistas y nativo americanos semieuropeizados.
Bartolomé es absorbido por esa masa popular eufórica y en armas; el funcionario
público se transforma en gaucho, y su arte también. Comienza a producir cielitos
militantes, atrevidos y desnudos de todo vuelo poético.
Los chanchos que Vigodet
ha encerrado en su chiquero
marchan al son de una gaita
echando al hombro un fungeiro.
Cielito de los gallegos
¡ay!, cielito del dios Baco
que salgan al campo limpio
y verán lo que es tabaco.
Vigodet
en su corral
se encerró con sus gallegos,
y temiendo que lo pialen
se anda haciendo el chancho rengo.
Cielo de los mancarrones
¡ay!, cielo de los potrillos
ya brincarán cuando sientan
las espuelas y el lomillo.
Obtiene un éxito fulminante en las ruedas de fogón de los campamentos
revolucionarios, otros músicos tocan sus canciones y crean más cielitos bajo las
mismas directrices. Es el inicio de la cultura popular difundida a través de la
canción.
Vigodet con sus gallegos
murieron de consunción
y este respònso les cantan
los libres de la nación.
Kirié Eleisón- Kirié Eleisón.
El escorbuto y la sarna
causaron su destrucción
y detrás iban llorando
mil godos en procesión.
Kirié Eleisón- Kirié Eleisón.
Sin saberlo, Bartolomé Hidalgo se transforma en
el propulsor de la cultura popular del Río de la Plata.
De la vida a la
eternidad
Luego de sufrir grandes vicisitudes, la campaña
independentista en la Banda Oriental no tiene un final feliz. Hidalgo se ve
forzado a emigrar a Buenos Aires, donde ejerce un mal remunerado cargo público.
Una afección pulmonar comienza a afectarlo, pero no a su arte porque crearía los
tres Diálogos Patrióticos, sentando las bases de lo que años más tarde desemboca
en un nuevo estilo musical, la Payada.
Los médicos le aconsejan establecerse en el
campo, lo que hace, pero a medida que su enfermedad avanza cae en manos de la
pobreza. Aquí, misteriosamente, las huellas de su vida desaparecen. Hasta el
momento no se han descubierto textos ni documentos que informen sobre esta etapa
de su vida, sólo existen teorías y suposiciones.
Aún así, todos sus biógrafos están de acuerdo
en que murió en la mayor pobreza, porque ni siquiera en las noticias
necrológicas de los diarios lugareños reportan su muerte. Consta que el cura
párroco de Nuestra Señora del Buen Viaje le administró los sacramentos,
enterrándolo en el cementerio de Morón (Argentina) el 28 de noviembre de
1822, aunque con el correr de los años
nadie a podido individualizar su sepulcro.
Poeta, músico y guerrero, Bartolomé
Hidalgo, llevó una vida entrelazada con
la leyenda, constituyendo la piedra fundacional de la tradición gauchesca.
agosto 21, 2012
Música gaúcha-Mi galgo Peñarol....incluye la letra
http://youtu.be/P-soHDZU-9g
Quem é de Lavras se lembra do meu galgo Peñarol
Baio, brasino, bragado, olhos gateados de sol
Quando meu galgo arrancava com o lombo que era um anzol
Bicho que fizesse rastro saía do campo vasto
Pro dente do Peñarol
Me regalou Gim Pinheiro de lá de Tacuarembó
Era um filhote franzino, magrinho que dava dó
Quem ia dizer que aquilo fosse empurrar mocotó
Ganhar dezoito carreiras e os galgos desta fronteira
Entupir os olhos de pó
Lebrinha de pêlo fino, sorrito do pêlo grosso
Depois de ele botar o olho não tinha muito retoço
Cruzava dos outros galgos que nem dos cachorros "grosso"
Quadrava o corpo pra o lado, cortava de atravessado
E grudava atrás do pescoço
Um dia o Cássio Bonotto, proseando e tomando um trago
Me contou de um sorro baio que havia lá por Santiago
Corria mais que os cachorros, vivia fazendo estrago
De tanto comer cordeiro já nem botavam carneiro
Nas ovelhas deste pago
Eu disse pra este amigo: mês que vem vou na tua casa
Me espera com uma de vinho e um chibo em cima da brasa
O Peñarol vai na piola porque ele não perde vaza
Te garanto que o tal sorro pra escapar do meu cachorro
Só que entoque ou crie asa
Cheguei no dia marcado, tinha gente até de farda
Nunca vi tanto gaúcho, nunca vi tanta espingarda
Diziam: o sorro é bruxo cruzado com onça parda
Eu disse: deixem comigo! Quem tem medo do perigo
Que espere na retaguarda
Quando batemos no rastro vi que o bicho era escolado
Fez que ia pra coxilha e respingou rumo ao banhado
Meteu o dente num galgo, depois cruzou no costado
Com a cuscada na escolta gambeteava e dava volta
Parecia enfeitiçado
Eu dei cancha pro galgo que saiu erguendo pó
Porque no fim do banhado era um capão de timbó
Tinha que alcançar o maleva antes deste cafundó
E eu também larguei com tudo num lobuno topetudo
Que era marca da Itaó
De fato o sorro corria como pouco sorro faz
Mas peão só se governa onde não tem capataz
Em seguida meu cachorro fez ele virar pra trás
E desceram sanga abaixo, "cosa" de macho com macho
Trançando dente no más
Foi quando eu ouvi um tiro vindo de lá do sangão
Estouro de arma de chumbo de um louco sem precaução
Apeei por cima do toso pra dar fé da situação
Meu galgo tava sangrando mas continuava peleando
Baleado no coração
Agarrou o sorro "das goélas" e apertou contra o capim
Pra dar fim naquela lida antes da vida ter fim
Depois "periga" a verdade, mas juro que foi assim
Deitou por cima do sorro, gruniu pedindo socorro
E morreu olhando pra mim
Enterrei ele no campo florido de maria mol
Se foi meu galgo bragado do lombo que era um anzol
Lembro dele com tristeza quando sangra o pô-do-sol
O causo vem pra memória e a saudade conta a história
Do meu galgo Peñarol!
Quem é de Lavras se lembra do meu galgo Peñarol
Baio, brasino, bragado, olhos gateados de sol
Quando meu galgo arrancava com o lombo que era um anzol
Bicho que fizesse rastro saía do campo vasto
Pro dente do Peñarol
Me regalou Gim Pinheiro de lá de Tacuarembó
Era um filhote franzino, magrinho que dava dó
Quem ia dizer que aquilo fosse empurrar mocotó
Ganhar dezoito carreiras e os galgos desta fronteira
Entupir os olhos de pó
Lebrinha de pêlo fino, sorrito do pêlo grosso
Depois de ele botar o olho não tinha muito retoço
Cruzava dos outros galgos que nem dos cachorros "grosso"
Quadrava o corpo pra o lado, cortava de atravessado
E grudava atrás do pescoço
Um dia o Cássio Bonotto, proseando e tomando um trago
Me contou de um sorro baio que havia lá por Santiago
Corria mais que os cachorros, vivia fazendo estrago
De tanto comer cordeiro já nem botavam carneiro
Nas ovelhas deste pago
Eu disse pra este amigo: mês que vem vou na tua casa
Me espera com uma de vinho e um chibo em cima da brasa
O Peñarol vai na piola porque ele não perde vaza
Te garanto que o tal sorro pra escapar do meu cachorro
Só que entoque ou crie asa
Cheguei no dia marcado, tinha gente até de farda
Nunca vi tanto gaúcho, nunca vi tanta espingarda
Diziam: o sorro é bruxo cruzado com onça parda
Eu disse: deixem comigo! Quem tem medo do perigo
Que espere na retaguarda
Quando batemos no rastro vi que o bicho era escolado
Fez que ia pra coxilha e respingou rumo ao banhado
Meteu o dente num galgo, depois cruzou no costado
Com a cuscada na escolta gambeteava e dava volta
Parecia enfeitiçado
Eu dei cancha pro galgo que saiu erguendo pó
Porque no fim do banhado era um capão de timbó
Tinha que alcançar o maleva antes deste cafundó
E eu também larguei com tudo num lobuno topetudo
Que era marca da Itaó
De fato o sorro corria como pouco sorro faz
Mas peão só se governa onde não tem capataz
Em seguida meu cachorro fez ele virar pra trás
E desceram sanga abaixo, "cosa" de macho com macho
Trançando dente no más
Foi quando eu ouvi um tiro vindo de lá do sangão
Estouro de arma de chumbo de um louco sem precaução
Apeei por cima do toso pra dar fé da situação
Meu galgo tava sangrando mas continuava peleando
Baleado no coração
Agarrou o sorro "das goélas" e apertou contra o capim
Pra dar fim naquela lida antes da vida ter fim
Depois "periga" a verdade, mas juro que foi assim
Deitou por cima do sorro, gruniu pedindo socorro
E morreu olhando pra mim
Enterrei ele no campo florido de maria mol
Se foi meu galgo bragado do lombo que era um anzol
Lembro dele com tristeza quando sangra o pô-do-sol
O causo vem pra memória e a saudade conta a história
Do meu galgo Peñarol!
A LAS MANOS AQUELLAS. - WENCESLAO VARELA
Eran tus manos blancas como dos hostias puras
De tanto hacer milagros con la eterna pobreza
Ellas multiplicaron el pan sobre la mesa
...
De tanto hacer milagros con la eterna pobreza
Ellas multiplicaron el pan sobre la mesa
...
En horas imborrables de angustias y amarguras.
Mas tarde los recuerdos,temblonas,inseguras
Ya viejas y cansadas de pulir la aspereza
de esta vida tan llena de espinada maleza…
las veo bordadoras sagradas de ternura.
Y las quiero por tuyas.Con cuanto amor llevaron
Aquel pezon de vida,donde se amamantaron
En conjucion mi sangre,mi inocencia y mi luz.
Y las quiero por suaves en la caricia fria;
Y buenas que enseñaron la torpe diestra mía
A bordar en mi rostro la señal de la cruz.
Mas tarde los recuerdos,temblonas,inseguras
Ya viejas y cansadas de pulir la aspereza
de esta vida tan llena de espinada maleza…
las veo bordadoras sagradas de ternura.
Y las quiero por tuyas.Con cuanto amor llevaron
Aquel pezon de vida,donde se amamantaron
En conjucion mi sangre,mi inocencia y mi luz.
Y las quiero por suaves en la caricia fria;
Y buenas que enseñaron la torpe diestra mía
A bordar en mi rostro la señal de la cruz.
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