julio 02, 2011

LA LOCA DEL BEQUELÓ Antecedentes, origen y proyecciones de una canción uruguaya* Por Hamid Nazabay

autor: HAMID NAZABAY
En 1836 Fructuoso Rivera da un golpe de estado contra el entonces presidenteManuel Oribe, dos tendencias políticas disímiles se enfrentan y ello da origen a laBatalla de Carpintería. Rivera recibiría apoyo de los unitarios argentinos, de los farraposbrasileños y de Europa, y Oribe de Rosas, el Gobernador de Buenos Aires. Este loacogería con honores en su replegamiento en la ciudad bonaerense, ante esto Rivera, yaotra vez presidente, en 1839, declararía la guerra a Rosas, iniciándose así la GuerraGrande, hasta el ‟51; federales y unitarios enfrentados. Llegado ya el „51, ni Rosas en Buenos Aires ni Oribe aquí, habían sidoderrocados, a lo que los aliados europeos de Rivera se retirarían. Entonces aparece Brasil en escena, ya que los colorados negociaron la aplicación de algunos tratados quefavorecerían a Brasil, a cambio de apoyo. Oribe, ante el aluvión brasilero, riverista yunitario, debe negociar. Así, se “firma la paz” el 8 de octubre de aquel año, y con laconsigna de “sin vencidos ni vencedores” finalizó la Guerra Grande. Pero más allá del fin de esta guerra, sus consecuencias se harían sentir, no sóloen lo político y económico, sino en el núcleo afectivo de la constitución familiar.Consecuencias que “la Historia”, así fríamente, deja en la vida real y cotidiana de laspersonas. Si bien la popular y folklorizada canción que evocamos no fue cantada en laépoca de la Guerra Grande, sí refiere a ella y a sus derivaciones, y fue ampliamentedifundida hacia fines del siglo XIX y quizá a principios del XX, en época de la guerracivil, llegando a ser considerada de los puntos más salientes del cancionero oriental;también fue recitada. Nos referimos a “La Loca del Bequeló” de Ramón de Santiago(1833-1900), la que estaba subtitulada así: “Recuerdos de la Guerra de 9 años, 1843-1851”, y fue publicada alrededor de 1860. La canción fue tan popular en Uruguay (aparentemente también en Argentina),que dada la musicalidad de sus versos, según Serafín J. García (p. 102), “no tardó enconquistar la fervorosa adhesión de las masas, tanto campesinas como ciudadanas,llegando por boca de los cantores nativos hasta los más solitarios y lejanos rincones delpaís.” Y que por su trama “tan hondo calaría en el sentir del pueblo uruguayo” Es muy interesante su arraigo popular, gracias a la propagación que tuvo, debidoa la difusión realizada por los cantores andariegos. Al respecto nos dice Zum Felde
2.(p.156) que fue “una de las composiciones más populares de nuestra poesía, cantada,hasta fines del siglo XIX al son de las guitarras, desde los suburbios de Montevideohasta las pulperías más lejanas.” Ahora bien, esta “balada”, como la han llamado los dos autores citados, calóhondo en el pueblo porque recreaba en ella a una mujer, madre y esposa, que en laGuerra Grande, y como soldados, había perdido a su esposo primero y a su hijodespués, ante lo que la mujer enloquece, o, como ella dice, se queda sin corazón, y penaerrantemente por los “bosques del Bequeló” (arroyo del departamento de Durazno),ansiando volver a ver a sus seres amados. En el poema es ella misma quien relata lahistoria, aunque es prologada y epilogada por el autor que manifiesta haberla escuchadodesde una llorosa guitarra: “En la enramada de un rancho viejo / nido de gaucho cercadel Yí, / guitarra antigua, tierna lloraba / la triste historia que canto aquí.”. Y al final:“Esta es la historia que, en la enramada / de un rancho viejo cerca del Yí / sobre lascuerdas estremecidas / de una guitarra llorar oí. / Y al escucharla, con onda pena…” Esto también hace pensar en que el autor pueda -en alguna medida- haberrecopilado, no sólo la historia, sino la historia cantada; cabe la posibilidad, y por el temaque trata, de que esta se cantase con más o menos similitud en la campaña, y que lacomposición de De Santiago sea una mezcla entre inspiración y recolección. El relato condensa un drama sociofamiliar que se dio mucho en nuestracampaña, con esta guerra como con las posteriores contiendas civiles. Según parece, elpersonaje habría tenido existencia real y Ramón de Santiago, oriundo de Durazno,también habría conocido a la enlutada mujer en su adolescencia, considerada loca en elpago porque esperaba tras los años a su esposo y a su hijo; real o no ella pertenece ya ala leyenda. El autor recoge esta historia para la posteridad y logra además su propiasupervivencia como autor, a pesar de su amplia producción literaria (era periodista,fundó el diario “El Eco de la Juventud Oriental”, colaboró con la publicación de “GranDiccionario Enciclopédico Hispano-Americano” y escribía poesía) no logrópoéticamente ninguna repercusión, siendo incluso criticado por Zum Felde (ibid) como“mediocrísimo versificador”. La “balada” le aseguró al menos un lugar en la literaturauruguaya, pero sobre todo en el cancionero oriental. En cuanto a lo musical los testimonios son diversos, ya que así como se ha dadoen mencionarla como balada, Zum Felde también dice (p. 157) que “el pueblo le dio, al
3.cantarla en la guitarra, tonada de milonga”; a su vez Cédar Viglietti (p. 89 y 90) refierea ella como Habanera, y además asegura haberla oído cantada como Vals. Entrado el siglo XX su popularidad decae por el afianzamiento del estado y porun período aparentemente pacífico del país, alejándose de la memoria popular estepersonaje legendario; aunque existe una grabación, por 1918, de la chilena FloraRodríguez de Gobbi (esposa del sanducero Alfredo Gobbi, con quien formaba el dúoLos Gobbi) para el sello Columbia. Y el músico José María López la había pautado,como “melodía sentimental patriótica”, para piano y voz, y para guitarra y voz. Sin embargo será popularizada pasada la primera mitad de ese siglo siendoretomada y grabada por nuevos intérpretes. Es Osiris Rodríguez Castillos, quien lahabía oído de sus padres y abuelos, que la rescata y adapta a los efectos de la grabación,realizando una síntesis de la misma y poniéndole música (Al margen decimos que conel tiempo Osiris iniciaría una investigación sobre Ramón de Santiago, la quelamentablemente no vio la luz). Pocos años después que Osiris, sería Santiago Chalar elque la pondría nuevamente en el tapete, grabando tres versiones con sus propiosarreglos musicales –como habanera-, y otorgándole nuevo arraigo popular, gracias a ladifusión radiofónica. Allende el Plata, tenemos noticias, gracias a la investigadora nicaragüense LillySoto Vásquez, que la canción también es declamada en Centroamérica; evidentementeel tópico que aborda es común a todos los pueblos. FUENTES: CHALAR, S. (1974) “Bordonendo”. CBS/Sondor 27.073 (vinilo). -------------. (1983) “Antología de sus 25 años de cantor”. Sondor 44.258 (vinilo). -------------. (1999) “La Loca del Bequeló”. En: “Los músicos de La República” (v. 12). Diario La República (CD). Ídem que: “De lo nuestro lo mejor” (v. 5). Abraxas (CD). GARCÍA, S. J. (1981) “Ramón de Santiago (1833-1900). Sobrevivencia de una popularidad”. En: Almanaque del Banco de Seguros 1981 (pp. 102-103). GUARNIERI, J. C. (1949) “Versos gauchescos y nativistas. Breve antología de autores uruguayos”. Ed. Ombú. LAURO AYESTARÁN COLLECTION (2005), Music Division, Library of Congress, Washington, D.C. (Container 56/35 y 56/36, José María López, La Loca del Bequeló).
4.RODRÍGUEZ CASTILLOS, O. (1965) “Osiris”. Gold Laut, 5000 (vinilo). TORRES WILSON, J. de. “Brevísima Historia del Uruguay”. Arca, 9ª ed. VIGLIETTI, C. (1968) “Folklore musical del Uruguay”. Ed. del Nuevo Mundo. ZUM FELDE, A. (1967) “Proceso intelectual del Uruguay”. Ed. del NuevoMundo. * Publicado en: Semanario “Todas las Voces”, p. 11, Año IV, Nº 139, Jueves 17 deFebrero de 2011, Sarandí del Yí (Dpto. Durazno, Uruguay).

4 comentarios:

  1. Santiago Chalar ( Dr. Carlos Paravis) no dejo la mejor version musical en alas de su vituosismo y talento extraordinario.

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  2. Fue Santiago Chalar (Dr. Carlos Paravis) el que nos dejo la mejor version musical en las de eonme talento y virtuosismo.

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  3. Esa melodía la tocaba mi abuelo materno en guitarra, siendo mu madre niña y adolescente. Eso mellevó a buscar información sobre esta historia y lugares, al igual que La Pulpera de Santa Lucía

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  4. Según he buscado, el arroyo bequeló está en Soriano y según analizo en la letra, "el narrador" escuchó esa canción en un rancho cerca del Yi, lo que, a mi criterio, le da una ubicación geográfica en Durazno. Pero el arroyo bequeló está al Noreste del departamento de Soriano, próximo a Flores.

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