(de Héctor F. Gagliardi, 9 de enero de 1953.)
Señores dueños de tiendas
en nombre de los maridos
vengo con tono afligido
a pedirle que me atiendan,
que razonen y comprendan
si es humano y es honesto
que todos los pesos nuestros
que juntamos de a puchitos
se transformen en salditos
que no tienen cinco metros.
Por ustedes la ciudad
vive siempre acelerada
con mujeres apuradas
que no saben donde van,
pero se apuran igual
para gastarse a empujones
la plata de sus varones
que por verlas en primera
les quedan las billeteras
para guardar direcciones.
Por ustedes se inventó
la mar de palabras raras:
a una seda colorada
la llaman rayón bordó;
si el trapo es color marrón
le dicen tafeta habano,
si tienen como gusanos
es un shantung natural,
y ahora lo llaman voal
a un mosquitero floreado.
Ya nos tienen aplastados
con tanta liquidación,
cuando no es por ampliación
es por mes aniversario
o por venta preinventario
o porque están de mudanza
o la piqueta que avanza
o que le sobran retazos
y nosotros a los ponchazos
porque la plata no alcanza.
Uno sabe qué liquida
porque lo ha visto en el diario
o lo escuchó por la radio,
pero se olvida enseguida,
pero ellas que en la vida
nunca tienen que ponerse,
te gimen cada S.O.S.
que hacen temblar al marido
y en el ropero hay vestidos
que se han puesto un par de veces.
Mientras ustedes señores
del metro y la tijerita
esperan a las visitas
como el gato a los ratones,
desparramando a montones
el sebo por las vidrieras
ellas pasan, se codean
miran, se van... pero vuelven,
y ustedes por ver si llueve
se asoman a la vereda.
Y pensar que a los clientes
los tratan como a las telas,
al principio con cautela,
tijerita suavemente,
para después de repente
shuummm!!! las desgarran de un tirón
pensando en la comisión
sin importarle un pepino,
del dolor de los maridos
que no entienden del chifón.
Si ellas van por un piqué
ustedes traidoramente
le muestran secretamente
un regio crepé shorgé
si no es penicó francés,
el que cae en la balanza
bajan un corte de organza,
diciendo en tono insinuante
queda este gris elefante
y un saldito de azul francia.
Y las pobres que han entrado
solamente por mirar
se empiezan a desmandar
y te dejan arruinado,
cuando el gross no es regalado
es un amor el satén
y van del azul pastel
al verdecito botella,
y la gracia es de que a ellas
lo caro le queda bien.
Y la papa es al regreso
cuando vos querés saber
cuánto gastó tu mujer
te contesta con un beso
después te rasca el pescuezo,
te acaricia la orejita,
te saca la pelusita,
te trabaja de ternura,
y te quedás en ayunas,
silbando la cumparsita.
Porque todo lo que has dado
se lo ha gastado en la tela,
así que aguantá la vela
que después vendrá el bordado,
que modista, que plisado,
que botones, que cuellito,
sin contar los zapatitos,
la cartera, el sombrero,
y los guantes que hagan juego,
y te regalo el jueguito.
Y pensar que en el civil
al llamarme el contrayente
entendí: Contribuyente...
pero igual dije que "Sí,"
y ella en lugar de aplaudir
entró a mandarse la parte,
que manera de engancharte
y pensar de que hay amigos
que te salen de testigos
el día que vas a ahorcarte!.
julio 31, 2012
julio 28, 2012
LEYENDA DE LA PICADA DEL VIRARO.
Se llamaba Juan José;
desorejao, que lloraba!
Naide lo vio tener sé
sino de giniebra, o caña.
Contrabandista mentao;
cuatrero, de la pior laya!
y tenía una habildá
pa floriar una baraja,
que había que ser medio bicho
pa descubrirle las marcas.
Muy liberal pal cuchillo!
Guapetón p'hacer pat'ancha.
El jué el qu'inventó, vistiar
"a vintén la puñalada".
En el pago le pusieron
Juan "el diablo";
y le cuadraba!
Er'alto; di ojos rasgaos;
di a ratos, en la mirada
tenía una luz amarilla
de yaguareté, y dos alas
de cuervo sobre los ojos
como una negra amenaza!
Tenía una madre de güena
...Tuito el pago l'apreciaba.
Jué piona, jué lavandera...
la vejez l'halló cansada.
Tan fiera la pobrecita,
de pelo blanco, encorvada,
se parecía a un arbolito
ámanecido en escarcha.
Juan "el diablo", la quería
más que a su poncho y su daga;
pero... pa no dar que hablar...
a dijustos la mataba!
No tenía cruz en el mate
ese cristiano:
palabra!
II
Dicen que golvió una noche,
dispués de una ausencia larga,
porque tení un trabajito
muy rendidor: de capanga;
y halló a la pobre boquiando
tendida en su catre'e guascas:
"Mire m'hijo: es Viernes Santo;
mandinga anda suelto, y clama
que ande quiera que m'entierren,
antes de rayar el alba
me güelve a desenterrar
pa vengarse 'e sus judiadas.
Dice que usté es un bandido,
que li anda robando fama;
...no me deja bienmorir
sacudiéndome las patas!
Cuando muera, haga el favor;
lléveme hasta la picada,
me sube en el viraró,
más arriba'e la resaca,
y no me ha de dejar sola
hasta que no raye'l alba".
De golpe, dentró a temblar;
le gorgotió la garganta;
como apartando visiones
en el aire, manotiaba;
y un repente, se quedó
con las vistas como latas!
"El diablo" l'amortajó
con una cubija parda;
dispués, le cerró los ojos
con dos monedas de plata,
y la retobó en el cuero
de la puerta pa' llevarla.
Salió y ensilló caballo;
terció la muerta en el anca,
y empinando bien el chifle
como quien toca "a la carga",
cortó rumbo al trotecito
derecho pa' la picada!
I I I
Lo que en el monte pasó,
sólo se sabe por cábulas.
Que mandinga concurrió,
está claro como'l agua:
Pedro Cruz, el rastriador,
siguiendo las rastrilladas,
halló entre las revoleras
güeyas patentes de cabra;
carcula que se toparon,
la cosa jué ramiada,
y comenta la custión
más o menos d'esta laya:
"Juan vino hasta el viraró;
pasó el lazo por la rama,
y a la cincha de su flete
jué subiendo a la finada;
dejó el caballo cinchando,
trepó, y la ató bien atada
con todito el maniador
pa' que no se refalara;
soltó el lazo y se abajó:
ni bien asentó las patas,
se topó con que mandinga
fierro en mano lo esperaba!
(Dios me despeje el camino
pa gastar las alpargatas!)
Pero Juan ni titubió:
l'echó el poncho por la cara,
y a'i nomás, de un solo saque
lo arrempujó a punta y hacha!
(Velay mandinga, afligido
menudiando las cuerpiadas!)
"Pero dejuro; con todo
mandinga tenía ventajas:
medio ducho en malas artes,
de golpe se transformaba,
ya en chalchal, ya en coronilla,
o en blanquillo, molle, o tala;
Pero Juan no le dab'alce:
meniando fierro avanzaba,
y el monte se diba abriendo
como el pasto a la guadaña!"
(...Carculen lo que habrá sido!
Dicen que hasta treinta cuadras
llegaban los alaridos
y el ruidaje de las armas!)
Del resto, yo soy testigo:
(Llegué cuando ya aclaraba.)
Bien alto, en el viraró,
vi el cuerpo de la finada;
tuito el monte alrededor
estaba talao a daga!
Sólo quedó un tala en pie,
cribadito a puñaladas;
pero tenía las espinas
tintas en sangre del taita;
y Juan contra el viraró,
apoyadas las espaldas,
estaba... (líbreme Dios!)
muerto, y haciéndole guardia!....
desorejao, que lloraba!
Naide lo vio tener sé
sino de giniebra, o caña.
Contrabandista mentao;
cuatrero, de la pior laya!
y tenía una habildá
pa floriar una baraja,
que había que ser medio bicho
pa descubrirle las marcas.
Muy liberal pal cuchillo!
Guapetón p'hacer pat'ancha.
El jué el qu'inventó, vistiar
"a vintén la puñalada".
En el pago le pusieron
Juan "el diablo";
y le cuadraba!
Er'alto; di ojos rasgaos;
di a ratos, en la mirada
tenía una luz amarilla
de yaguareté, y dos alas
de cuervo sobre los ojos
como una negra amenaza!
Tenía una madre de güena
...Tuito el pago l'apreciaba.
Jué piona, jué lavandera...
la vejez l'halló cansada.
Tan fiera la pobrecita,
de pelo blanco, encorvada,
se parecía a un arbolito
ámanecido en escarcha.
Juan "el diablo", la quería
más que a su poncho y su daga;
pero... pa no dar que hablar...
a dijustos la mataba!
No tenía cruz en el mate
ese cristiano:
palabra!
II
Dicen que golvió una noche,
dispués de una ausencia larga,
porque tení un trabajito
muy rendidor: de capanga;
y halló a la pobre boquiando
tendida en su catre'e guascas:
"Mire m'hijo: es Viernes Santo;
mandinga anda suelto, y clama
que ande quiera que m'entierren,
antes de rayar el alba
me güelve a desenterrar
pa vengarse 'e sus judiadas.
Dice que usté es un bandido,
que li anda robando fama;
...no me deja bienmorir
sacudiéndome las patas!
Cuando muera, haga el favor;
lléveme hasta la picada,
me sube en el viraró,
más arriba'e la resaca,
y no me ha de dejar sola
hasta que no raye'l alba".
De golpe, dentró a temblar;
le gorgotió la garganta;
como apartando visiones
en el aire, manotiaba;
y un repente, se quedó
con las vistas como latas!
"El diablo" l'amortajó
con una cubija parda;
dispués, le cerró los ojos
con dos monedas de plata,
y la retobó en el cuero
de la puerta pa' llevarla.
Salió y ensilló caballo;
terció la muerta en el anca,
y empinando bien el chifle
como quien toca "a la carga",
cortó rumbo al trotecito
derecho pa' la picada!
I I I
Lo que en el monte pasó,
sólo se sabe por cábulas.
Que mandinga concurrió,
está claro como'l agua:
Pedro Cruz, el rastriador,
siguiendo las rastrilladas,
halló entre las revoleras
güeyas patentes de cabra;
carcula que se toparon,
la cosa jué ramiada,
y comenta la custión
más o menos d'esta laya:
"Juan vino hasta el viraró;
pasó el lazo por la rama,
y a la cincha de su flete
jué subiendo a la finada;
dejó el caballo cinchando,
trepó, y la ató bien atada
con todito el maniador
pa' que no se refalara;
soltó el lazo y se abajó:
ni bien asentó las patas,
se topó con que mandinga
fierro en mano lo esperaba!
(Dios me despeje el camino
pa gastar las alpargatas!)
Pero Juan ni titubió:
l'echó el poncho por la cara,
y a'i nomás, de un solo saque
lo arrempujó a punta y hacha!
(Velay mandinga, afligido
menudiando las cuerpiadas!)
"Pero dejuro; con todo
mandinga tenía ventajas:
medio ducho en malas artes,
de golpe se transformaba,
ya en chalchal, ya en coronilla,
o en blanquillo, molle, o tala;
Pero Juan no le dab'alce:
meniando fierro avanzaba,
y el monte se diba abriendo
como el pasto a la guadaña!"
(...Carculen lo que habrá sido!
Dicen que hasta treinta cuadras
llegaban los alaridos
y el ruidaje de las armas!)
Del resto, yo soy testigo:
(Llegué cuando ya aclaraba.)
Bien alto, en el viraró,
vi el cuerpo de la finada;
tuito el monte alrededor
estaba talao a daga!
Sólo quedó un tala en pie,
cribadito a puñaladas;
pero tenía las espinas
tintas en sangre del taita;
y Juan contra el viraró,
apoyadas las espaldas,
estaba... (líbreme Dios!)
muerto, y haciéndole guardia!....
Don Homero Formoso.-Patriarca de la Tradición, creador de la Patria Gaucha.
A Don Homero Formoso
Esta si se tira un pial
si un potro estan ensillando
y es nota si estan puntiando
el pericón nacional
... simbolo heroico natal
de esta mi tierra campera
Un criollo campo afuera
q ha cumplido con su rol
nos alumbra como el sol
que alumbra nuestra bandera
Hoy en el concierto humano
merece mucho cariño
Es la sonrisa de un niño
el respeto hacia un anciano
en nuestro ambiente paisano
es caudillo rumbiador
es palenque aguantador
donde se atan las gauchadas
es para la paisanada
como un cristo redentor
Es Don Homero Formoso
gaucho por dentro y por fuera
es mastil de la bandera
con su afecto generoso
siempre se mostro afectuoso
a toda la humanidad
Por tanta y tanta bondad
un sentimiento desnudo
balanza que en nuestro escudo
simboliza la Igualdad
Esta en el mate espumoso
en la rueda del fogon
padre de la tradicion
con un talento grandioso
nos sentimos orgullosos
de este pasisano ejemplar...
Por usted quiero elevar
este grito majestuoso
Viva mi patria oriental
que viva Homero Formoso
Esta si se tira un pial
si un potro estan ensillando
y es nota si estan puntiando
el pericón nacional
... simbolo heroico natal
de esta mi tierra campera
Un criollo campo afuera
q ha cumplido con su rol
nos alumbra como el sol
que alumbra nuestra bandera
Hoy en el concierto humano
merece mucho cariño
Es la sonrisa de un niño
el respeto hacia un anciano
en nuestro ambiente paisano
es caudillo rumbiador
es palenque aguantador
donde se atan las gauchadas
es para la paisanada
como un cristo redentor
Es Don Homero Formoso
gaucho por dentro y por fuera
es mastil de la bandera
con su afecto generoso
siempre se mostro afectuoso
a toda la humanidad
Por tanta y tanta bondad
un sentimiento desnudo
balanza que en nuestro escudo
simboliza la Igualdad
Esta en el mate espumoso
en la rueda del fogon
padre de la tradicion
con un talento grandioso
nos sentimos orgullosos
de este pasisano ejemplar...
Por usted quiero elevar
este grito majestuoso
Viva mi patria oriental
que viva Homero Formoso
DE PACO PINTOS
julio 25, 2012
"Para comprender a nuestras pampas hay que haberlas recorrido a lomo de caballo; para comprender nuestra idiosincrasia hay que buscar el origen de nuestra cultura que nació en estas extrañas llanuras.
No ha conocido el sabor de ser libre, quien no haya galopado sin rumbo y sin tranqueras, o vagado a paso lento, suelta la rienda y la imaginación...."
Fragmento del prólogo de una edición del libro EL CABALLO de Bruno y Beatriz Premiani, escrito por Helvio Botana.
julio 13, 2012
EL MATE- PBRO. JOSE FONTES ARRILLAGA
Yerba mate, con un mate
De tu esencia, el montonero
Dió más impulso al acero
De su corvo en el combate.
Eres fuerza y acicate,
Para los criollos conservas
Maravillosas reservas
De energía concentrada,
Yerba mate, consagrada
Gloria y honor de las yerbas.
Cuando la dura labor
Se prolonga y nos obliga,
Poco a poco la fatiga
Vence y aleja al vigor.
Pero el gaucho seguidor
Al punto en el golpe está:
Toma un mate, y, desde ya,
Si es amargo y bien cebado,
El vigor vuelve a su lado
Y la fatiga se va.
Cuando en las tardes de enero
Arde el campo como yesca,
Un buen amargo refresca
Más que un helado pueblero,
Y cuando sopla el pampero
Firme en una madrugada
De Julio, en la que la helada
Hasta el más duro agarrota,
Salvamos de la derrota
Con una buena mateada.
En el grupo campechano
De la rueda del fogón,
Alegrando la reunión,
Va el mate de mano en mano.
Amigo fiel del paisano,
Lo acompaña donde quiera;
Con él va hasta la frontera
Y vuelve hasta la tablada,
Brindándole en la jornada
Su jugo de primavera.
El inspira al payador;
Y la poesía criolla
Lindos temas desarrolla
Llenos de encanto y primor.
Por él la décima en flor
Tiene notas matinales
De calandrias y zorzales,
De chingolos y de teros,
Y balidos de corderos,
Y tropeles de baguales.
Es el mate, bonachón,
Servicial y comedido,
Fiel a su calor de nido
Y forma de corazón.
Nos aguarda de facción
Desde las claras del día
Para darnos su ambrosía
Hora a hora y a destajo,
Siendo alivio en el trabajo,
Y en las fiestas, alegría.
Es el gran aperitivo
Que saborea el campero,
Y después de un buen con cuero
Es el mejor digestivo.
Con el creciente atractivo
De su franqueza exquisita,
Cumplimenta a la visita
Como el más culto magnate.
El gaucho tiene en el mate
Todo lo que necesita.
Desde la hora inicial
De nuestro heróico pasado,
Fué el alerta que al soldado
Mantuvo firme y marcial.
Después del triunfo oriental
Es lo mismo que antes era,
Ave alegre y placentera
Revolando en el fogón,
Como si fuese un pichón
Del sol de nuestra bandera.
El mate es como la vida,
Comienza lleno de espuma,
Luciendo la gracia suma
De una ilusión florecida.
Y si al fin de la partida,
Dándole duro y parejo,
Le pido en vez de un consejo
Un sorbo más al porongo,
Se vuelve puro rezongo
Como cualquier gaucho viejo.
Dió más impulso al acero
De su corvo en el combate.
Eres fuerza y acicate,
Para los criollos conservas
Maravillosas reservas
De energía concentrada,
Yerba mate, consagrada
Gloria y honor de las yerbas.
Cuando la dura labor
Se prolonga y nos obliga,
Poco a poco la fatiga
Vence y aleja al vigor.
Pero el gaucho seguidor
Al punto en el golpe está:
Toma un mate, y, desde ya,
Si es amargo y bien cebado,
El vigor vuelve a su lado
Y la fatiga se va.
Cuando en las tardes de enero
Arde el campo como yesca,
Un buen amargo refresca
Más que un helado pueblero,
Y cuando sopla el pampero
Firme en una madrugada
De Julio, en la que la helada
Hasta el más duro agarrota,
Salvamos de la derrota
Con una buena mateada.
En el grupo campechano
De la rueda del fogón,
Alegrando la reunión,
Va el mate de mano en mano.
Amigo fiel del paisano,
Lo acompaña donde quiera;
Con él va hasta la frontera
Y vuelve hasta la tablada,
Brindándole en la jornada
Su jugo de primavera.
El inspira al payador;
Y la poesía criolla
Lindos temas desarrolla
Llenos de encanto y primor.
Por él la décima en flor
Tiene notas matinales
De calandrias y zorzales,
De chingolos y de teros,
Y balidos de corderos,
Y tropeles de baguales.
Es el mate, bonachón,
Servicial y comedido,
Fiel a su calor de nido
Y forma de corazón.
Nos aguarda de facción
Desde las claras del día
Para darnos su ambrosía
Hora a hora y a destajo,
Siendo alivio en el trabajo,
Y en las fiestas, alegría.
Es el gran aperitivo
Que saborea el campero,
Y después de un buen con cuero
Es el mejor digestivo.
Con el creciente atractivo
De su franqueza exquisita,
Cumplimenta a la visita
Como el más culto magnate.
El gaucho tiene en el mate
Todo lo que necesita.
Desde la hora inicial
De nuestro heróico pasado,
Fué el alerta que al soldado
Mantuvo firme y marcial.
Después del triunfo oriental
Es lo mismo que antes era,
Ave alegre y placentera
Revolando en el fogón,
Como si fuese un pichón
Del sol de nuestra bandera.
El mate es como la vida,
Comienza lleno de espuma,
Luciendo la gracia suma
De una ilusión florecida.
Y si al fin de la partida,
Dándole duro y parejo,
Le pido en vez de un consejo
Un sorbo más al porongo,
Se vuelve puro rezongo
Como cualquier gaucho viejo.
Mateando de Angel Bustamante
julio 05, 2012
Primeras canciones de Gardel
Los primeros discos de Gardel grabados con bocinas acústicas en Odeón datan de 1917, unos meses antes que el tango irrumpieraen los teatros de Buenos Aires con el aditamento de los versos para tornarlo cantable. Sus grabaciones iniciales fueron estilos criollos: EL PANGARE, LA MARIPOSA, EL MORO, EL TIRADOR PLATEADO, AMARGURA Y EL SEÑUELO, eran parte de su repertorio cuando estuvo unido a Jose Razzano. Otras canciones con sabor a campo llevo mas tarde al disco, pero no tardó en alternarlas con los tangos a raíz de la resonancia de su éxito en la interpretación de MI NOCHE TRISTE, que se hizo escuchar por primera vez en 1917, al público en las tablas del teatro "Esmeralda" que pasó a llamarse más tarde "Maipo". El segundo tango cantado por Gardel fue FLOR DE FANGO de Pascual Contursi.
El pangaré- letra Alcides de María Cantó Gardel
En un pingo pangaré,
con un freno coscojero,
buen herraje y buen apero,
en dirección al Pigüé,
va el paisano Cruz Montiel
orillando una cañada,
con camisa bien planchada,
un clavel rojo retinto,
puñal de plata en el cinto
y bota fuerte lustrada.
Va en procura de un lucero
a quien le ha tendido el ala
y lleva el clavel por gala
en la cinta del sombrero.
Él es un criollo altanero
cuando de su amor se trata
el valor se desbarata
ante el tantísimo antojo,
y el puñal de aquellos ojos
con que la china lo mata.
Por fin, Cruz Montiel divisa
en el verde de la loma
el nido de la paloma
con que sus penas suaviza.
Y como quien muy deprisa
llegar al rancho desea,
al pangaré lo espolea
como diciéndole... vuela,
si estará de centinela
y es hora de que me vea.
Después de un largo tirón,
y al final de la carrera,
se aproximó a la tranquera
donde encontró una ilusión.
"Dios te guarde corazón",
dijo meneando el corcel,
y con palabras de miel
apretándole la mano,
"aunque soy pobre paisano,
toma, guarda este clavel".
La china se sonrió y luego,
dijo con tono campechano:
"Pa' vos... un mate en la mano,
ya tengo el agua en el fuego".
"A esto vengo y no lo niego
porque nunca se mentir".
"Lo que ahora sí va a sentir
que la yerba no sea buena".
"Eso no me causa pena,
la pena es tenerme que ir".
Después de haber conversado
Juan Cruz Montiel con su china
se fueron p'a la cocina
a tomar un mate amargo.
Un mate como de encargo
que muy bien lo saborearon
y lo que a solas se hablaron,
y luego lo que allí hiciceron
y lo que se prometieron,
eso a nadie lo contaron.
Lo cierto que Cruz Montiel
como era un criollo jinete,
montó de un salto en su flete
y despacito se fue...
Y cuando ya el pangaré
al galope se tendía,
de cuando en cuando volvía
la cara para mirar
si podía contemplar
a su china todavía.
con un freno coscojero,
buen herraje y buen apero,
en dirección al Pigüé,
va el paisano Cruz Montiel
orillando una cañada,
con camisa bien planchada,
un clavel rojo retinto,
puñal de plata en el cinto
y bota fuerte lustrada.
Va en procura de un lucero
a quien le ha tendido el ala
y lleva el clavel por gala
en la cinta del sombrero.
Él es un criollo altanero
cuando de su amor se trata
el valor se desbarata
ante el tantísimo antojo,
y el puñal de aquellos ojos
con que la china lo mata.
Por fin, Cruz Montiel divisa
en el verde de la loma
el nido de la paloma
con que sus penas suaviza.
Y como quien muy deprisa
llegar al rancho desea,
al pangaré lo espolea
como diciéndole... vuela,
si estará de centinela
y es hora de que me vea.
Después de un largo tirón,
y al final de la carrera,
se aproximó a la tranquera
donde encontró una ilusión.
"Dios te guarde corazón",
dijo meneando el corcel,
y con palabras de miel
apretándole la mano,
"aunque soy pobre paisano,
toma, guarda este clavel".
La china se sonrió y luego,
dijo con tono campechano:
"Pa' vos... un mate en la mano,
ya tengo el agua en el fuego".
"A esto vengo y no lo niego
porque nunca se mentir".
"Lo que ahora sí va a sentir
que la yerba no sea buena".
"Eso no me causa pena,
la pena es tenerme que ir".
Después de haber conversado
Juan Cruz Montiel con su china
se fueron p'a la cocina
a tomar un mate amargo.
Un mate como de encargo
que muy bien lo saborearon
y lo que a solas se hablaron,
y luego lo que allí hiciceron
y lo que se prometieron,
eso a nadie lo contaron.
Lo cierto que Cruz Montiel
como era un criollo jinete,
montó de un salto en su flete
y despacito se fue...
Y cuando ya el pangaré
al galope se tendía,
de cuando en cuando volvía
la cara para mirar
si podía contemplar
a su china todavía.
julio 03, 2012
LA CAÑA- SANTOS GARRIDO (GUILLERMO CUADRI)
Es a usté mesmo paisano,
que lo quiero aconsejar;
tengo ganas de versiar
y está liviana la mano.
Como viejo soy baquiano
y la vista no m'engaña;
la vida me dió más maña
que a petiso chacarero;
ansí abra el ojo, aparsero,
vi'á'blarle sobre la caña.
¡La caña! ¡Dioses benditos!
Sólo al nombre, compañero,
se me pon'el tragadero
como p'haser gorgoritos.
La sensia, con sus escritos,
dise de tuita sabensia;
áhura li habla la esperensia
d'este gaucho, duro y viejo.
Siga nomás mi consejo
y riasé de la sensia.
¿Que tien'el pecho serráo
y tuese com'una oveja,
y se áhuga porque lo aqueja
un machaso refriáo?
Ya está el rimedio encontráo,
viejo, no le quede duda:
medesina macanuda,
-juera de tuita pavada-
es chupar caña quemada,
con un güen "taco" de cruda.
Si hase tiempo enfermo está
sufriendo'e la "pajariya",
pá eso es una maraviya
la caña con arasá.
Tamién caña con gutiá
es güena pá muncha cosa,
y si el dolor me lo acosa
y en el cuerpo se l'ensaña,
misture un frasco de caña
y "esensia maraviyosa".
¿Que su china "campanuda"
está enferma de la "madre"?
No se me asuste, compadre,
y dele caña con ruda.
Verá como pronto suda,
y hasta el cuerpo se le baña;
p'haserle güena campaña,
-es justo que se lo diga-
le acomoda en la barriga
un trapo mojáo con caña.
Si la boca siente asquiada
del tabac'o de otra causa,
haga unos buches, con pausa,
de caña con limonada.
Cuando la pans'afetada
de dolores, tenga usté,
no se me arroye, por qué,
no se v'a morir del chucho,
y áhi nomás, y sobr'el pucho,
tome caña con ferné.
Si tien'en el pecho un "taco"
de flemaje alborotáo,
no se abatate, cuñáo,
métale caña con guaco.
¿Que s'está poniendo flaco
y el disgano lo acompaña?
Se li ha d'entonar la entraña
si usté aseta mi consejo,
y dispasito y parejo
hase gárgaras con caña.
Si un rival sigue su güeya
y algún miedo lo acompaña,
eche pólvora en la caña
y haga escarsiar la boteya;
que dispués no li hase meya,
ni un hombre, ni un batayón;
y es capás, de sopetón,
si la pisada no chinga,
de sambuyile a Mandinga
hasta la crus el facón.
¿Que su china, en malas tretas
"se alsó como leche hervida",
y al amargarle la vida
"lo hiso arar con las peinetas"?
¡Busqu'en los libros, resetas,
pá ese dolor que lo daña!
¡Que pá disgrasia tamaña,
pá no morir de dolor,
no hayará nada mejor
que prendérsele a la caña!
¿Triste, com'un día de yuvia,
tien'el alma desolada?
¡Meta caña, camarada!
que ansí el dolor no lo engubia.
Que la caña por ser rubia,
tiene muncho de mujer,
y nos agranda un plaser,
y nos achica una pena...
¡Si al haser cosa tan güena
Dios supo lo qu'ib'haser!
Cuando perdemos la calma
por algún dolor projundo,
y crémos que tuito el mundo
se nos echa sobr'el alma,
¡cómo se ajunta y s'empalma
tuito el dolor en la entraña!
Pero ese duelo, esa saña
qu'en el corasón se afierra,
se ha de dir a la gran perra
si se le priende a la caña.
¡Si hase bién de muchos modos!
¿V'a declararse a una china?
¡Métale caña, que ansina,
le charl'hasta por los codos!
¡Por eso es, viejo, que todos,
más o menos l'han bebido!
Y áhura, paisano, le pido,
si me topa en su campaña,
le pague un vaso de caña
pa'l viejo SANTOS GARRIDO.
que lo quiero aconsejar;
tengo ganas de versiar
y está liviana la mano.
Como viejo soy baquiano
y la vista no m'engaña;
la vida me dió más maña
que a petiso chacarero;
ansí abra el ojo, aparsero,
vi'á'blarle sobre la caña.
¡La caña! ¡Dioses benditos!
Sólo al nombre, compañero,
se me pon'el tragadero
como p'haser gorgoritos.
La sensia, con sus escritos,
dise de tuita sabensia;
áhura li habla la esperensia
d'este gaucho, duro y viejo.
Siga nomás mi consejo
y riasé de la sensia.
¿Que tien'el pecho serráo
y tuese com'una oveja,
y se áhuga porque lo aqueja
un machaso refriáo?
Ya está el rimedio encontráo,
viejo, no le quede duda:
medesina macanuda,
-juera de tuita pavada-
es chupar caña quemada,
con un güen "taco" de cruda.
Si hase tiempo enfermo está
sufriendo'e la "pajariya",
pá eso es una maraviya
la caña con arasá.
Tamién caña con gutiá
es güena pá muncha cosa,
y si el dolor me lo acosa
y en el cuerpo se l'ensaña,
misture un frasco de caña
y "esensia maraviyosa".
¿Que su china "campanuda"
está enferma de la "madre"?
No se me asuste, compadre,
y dele caña con ruda.
Verá como pronto suda,
y hasta el cuerpo se le baña;
p'haserle güena campaña,
-es justo que se lo diga-
le acomoda en la barriga
un trapo mojáo con caña.
Si la boca siente asquiada
del tabac'o de otra causa,
haga unos buches, con pausa,
de caña con limonada.
Cuando la pans'afetada
de dolores, tenga usté,
no se me arroye, por qué,
no se v'a morir del chucho,
y áhi nomás, y sobr'el pucho,
tome caña con ferné.
Si tien'en el pecho un "taco"
de flemaje alborotáo,
no se abatate, cuñáo,
métale caña con guaco.
¿Que s'está poniendo flaco
y el disgano lo acompaña?
Se li ha d'entonar la entraña
si usté aseta mi consejo,
y dispasito y parejo
hase gárgaras con caña.
Si un rival sigue su güeya
y algún miedo lo acompaña,
eche pólvora en la caña
y haga escarsiar la boteya;
que dispués no li hase meya,
ni un hombre, ni un batayón;
y es capás, de sopetón,
si la pisada no chinga,
de sambuyile a Mandinga
hasta la crus el facón.
¿Que su china, en malas tretas
"se alsó como leche hervida",
y al amargarle la vida
"lo hiso arar con las peinetas"?
¡Busqu'en los libros, resetas,
pá ese dolor que lo daña!
¡Que pá disgrasia tamaña,
pá no morir de dolor,
no hayará nada mejor
que prendérsele a la caña!
¿Triste, com'un día de yuvia,
tien'el alma desolada?
¡Meta caña, camarada!
que ansí el dolor no lo engubia.
Que la caña por ser rubia,
tiene muncho de mujer,
y nos agranda un plaser,
y nos achica una pena...
¡Si al haser cosa tan güena
Dios supo lo qu'ib'haser!
Cuando perdemos la calma
por algún dolor projundo,
y crémos que tuito el mundo
se nos echa sobr'el alma,
¡cómo se ajunta y s'empalma
tuito el dolor en la entraña!
Pero ese duelo, esa saña
qu'en el corasón se afierra,
se ha de dir a la gran perra
si se le priende a la caña.
¡Si hase bién de muchos modos!
¿V'a declararse a una china?
¡Métale caña, que ansina,
le charl'hasta por los codos!
¡Por eso es, viejo, que todos,
más o menos l'han bebido!
Y áhura, paisano, le pido,
si me topa en su campaña,
le pague un vaso de caña
pa'l viejo SANTOS GARRIDO.
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